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Te nombré en el silencio

El país donde caminamos sobre cadáveres. | Paola Becerra

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Escrito en OPINIÓN el

Viernes y terminando una jornada muy larga de trabajo, finalmente me di el chance de ir a ver la recomendación de un buen amigo.

Localizas tu butaca, te sientas, las luces se apagan y… una de las escenas más duras que he visto en mi vida.

Una madre, huesos, muerte… gritos en el silencio.

Desde la primera escena te das cuenta que esta película no va a ser aquella que te lleve a un mundo galáctico, o a una historia de amor imposible, te das cuenta que esta película te va a remover hasta tus cimientos más profundos porque esta película trata de la vida.

Las rastreadoras del fuerte son un grupo de guerreras (porque no encuentro una mejor palabra para describirlas) que se encontraron buscando, buscando lo que ellas llaman sus tesoros… a sus hijos e hijas desaparecidos.

Cien mil personas desaparecidas hay en nuestro país de acuerdo con las cifras oficiales, miles más han sido localizados, pero no identificados debido a las amplias y profundas deficiencias que existen en el sistema de justicia en México.

Mirna Nereida Medina carga a diario con pala, pico, botas y un hijo que fue cobardemente asesinado, Roberto. Desde el minuto uno en el que fue consiente que su hijo, su tesoro había desaparecido, se dio cuenta que tendría que ser ella quien saliera a las calles, a los baldíos y a los cerros a buscarlo.

Con uno de los índices de impunidad más altos a nivel internacional, altísimos índices de corrupción y autoridades en las que no confiamos, el panorama para quienes exigen que aparezcan con vida sus familiares es muy desalentador.

Las rastreadoras saben que salir a buscar a sus hijos puede significar el no volver nunca, saben que marchar y denunciar les puede costar la vida, pero cuando a un padre se le ha arrebatado a su hijo ¿qué más se le puede quitar?

Sinceramente no tengo idea de cuánto tiempo estuve dentro de esa sala de cine, pensé en Debanhi, en Ayotzinapa, en el amor de una madre que es verdaderamente incondicional, en tantas, tantas cosas.

Un año después de dar con el lugar donde fueron enterrados los restos de Roberto, Mirna encontró otro par de huesos, formaban parte de la mano de su tesoro, sus dedos… Mirna brinda en la tumba de su hijo con una bolsa en la mano, brinda con lo que queda de Roberto.

Un trabajo íntimo, crudo, bello, fuerte, de esos que te dejan pensando por semanas enteras es el que plasman los hermanos Espinosa de los Monteros en este largometraje.

Te nombré en el silencio está siendo proyectada en todo el país, vayan; lleven pañuelos, apaguen su celular y conéctense con el México que viven cien mil familias a diario.

México… el país donde caminamos sobre cadáveres.