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¿Tarjeta amarilla a las instituciones?

Si los resultados no fueran tan preocupantes, la declaración de Enrique Andrade, Consejero del #INE, en relación con el Informe País sobre la Calidad de la Ciudadanía en México parecería simplista y cargada de un humor negro inapropiado: “Por decirlo en términos futboleros, el informe constituye una tarjeta amarilla y un foco rojo para quienes estamos en las instituciones públicas”.

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Escrito en OPINIÓN el

El documento refleja una situación crítica.

—Seis de cada 10 consideran que la ley se respeta poco o nada.

—3 de cada 10 confían mucho y algo en la policía.

—Cuatro de cada 10 no creen que la policía haga de su comunidad un lugar seguro.

—19% confía mucho y algo en los partidos políticos.

—17% confía mucho y algo en los diputados.

 

Los niveles de confianza y tolerancia no son mejores.

—27% dice que se puede confiar en la mayoría de la personas.

—Cuatro de cada 10 expresan su desacuerdo con puntos de vista diferentes del suyo.

—Tres de cada 10 confían mucho en los jueces.

—Cuatro de cada 10 confían mucho en la policía.

—Seis de cada 10 no denuncian los delitos.

 

Por sí fuera poco, la gente se percibe lejos de los políticos.

Sólo el 13% dijo estar de acuerdo con la frase “los políticos se preocupan mucho por lo que piensa la gente como yo” y 12% con la frase “la gente como yo tiene influencia sobre lo que hace el gobierno”.

El porcentaje de individuos que dijeron involucrarse en algún tipo de participación política diferente del voto va del 2% en la participación en una huelga al 12% para la asistencia a una reunión de cabildo. 

De las conclusiones, destacan las siguientes:

"Los ciudadanos no se sienten representados, no tienen confianza suficiente en los actores clave de la democracia ni en las instituciones teóricamente más cercanas y visibles del Estado".

Además:La percepción de un sentido bajo en la eficiencia de la autoridad "desalienta la participación y promueve la cultura de no responsividad de los políticos y el escepticismo de los ciudadanos sobre la vocación de servicio público de los gobernantes".

¿Qué explica esta situación?

La respuesta es compleja y el informe dedica decenas de páginas a su análisis. Se trata, sin duda, de un problema que surgió por la ineficacia del Estado, el predominio de los intereses de unos cuantos y de otros factores que han desembocado en la desconfianza institucional.

Es el caso de la pobreza y la desigualdad.

Pero también de la persistencia de "prácticas autoritarias y clientelares" y de las amenazas cada vez mayores a la seguridad pública, que "vulneran la condición ciudadana e impiden el afianzamiento de una sociedad libre, justa y equitativa".

El problema no es sólo operativo, sino comunicacional.

Aunque la investigación no aborda con profundidad esta línea, es evidente que también ha fallado la comunicación institucional en los tres poderes. Cierto es que para consolidar la democracia, los gobiernos deben responder con prontitud y eficacia al interés público, eliminar las prácticas corruptas y proteger las nuevas libertades.

Pero también hacen faltanuevas leyes y más participación.

Todo lo anterior resultaría insuficiente si no se transforman, con sentido de urgencia, los modelos de comunicación tradicionales, los cuales fueron generados por estructuras viejas de organización y con una tendencia muy marcada hacia la verticalidad.

Las nuevas tecnologías abrieron nuevas opciones.

Con las #RedesSociales se multiplicarán las posibilidades para que el ejercicio de los derechos de los ciudadanos sean más sencillos y menos costosos. También para promover el  acceso igualitario a los bienes y servicios públicos.A las instituciones les corresponde hacer un diagnóstico más detallado sobre sus estrategias de comunicación.

Y actuar en consecuencia.

En la actualidad resulta inadmisible que la comunicación institucional opere principalmente de manera unilateral y no interactúe con la ciudadanía.También que relegue en sus estrategias las acciones relacionadas con trámites y servicios, ni cumplan a cabalidad consu obligación de transparencia y rendición de cuentas.

La pseudo cultura del "boletín" sigue dominando.

La mayoría de las instituciones y actores políticos siguen creyendo que comunicación institucional es concentrarse en difundir, cuando les conviene, quiénes son, qué dicen, qué actividades están realizando y cuáles son sus resultados.

Si no les conviene, optan por el silencio.

No se han percatado que la nueva comunicación política tiene un mayor potencial, que se puede operar en diversos ejes: vertical descendente, vertical ascendente, horizontal y transversal, convirtiéndola en un instrumento de gran poder que les podría redituar enormes beneficios políticos, sobre todo cuando logren incrementar los niveles de confianza.

Es increíble cómo se desaprovechan medios e instrumentos.

Las plataformas de e-gobierno, los medios digitales, las aplicaciones que se pueden desarrollar para dispositivos móviles y las redes sociales siguen siendo subutilizadas. El análisis detallado del estudio ofrece verdaderos caminos que deberían ser aprovechados para que la investigación no quede en el olvido o como una noticia efímera.

El cambio es posible, pero no será sencillo.

El estudio fue elaborado por el IFE y el Colegio de México. Fueron encuestadas 11 mil personas en cinco regiones, 10 estados y 12 municipios. Por su importancia, la lectura completa es recomendable, no sólo para los especialistas: http://bit.ly/Rs4uz5.

 

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