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¡Tabasco, edén donde ni los verdes se amotinan!

Hoy en Tabasco está prohibido que el calor primaveral y la ardiente canícula “encienda las pasiones”. | Ricardo Alemán

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Escrito en OPINIÓN el

La parodia se cuenta sola. Por años, López Obrador presumió su admiración por Carlos Pellicer, el poeta de las majestuosas ceibas, los verdes, las lagunas y los ríos tabasqueños.

Era tal la admiración de Obrador por Pellicer que el hoy presidente intentó una narrativa, al estilo del poeta, en la que ensaya lo indomable de la naturaleza y su relación con el poder; lo incontenible del carácter de los tabasqueños.

Así lo escribió en “Entre la historia y la esperanza”, Grijalbo 1995.

“En Tabasco la naturaleza tiene un papel relevante en el ejercicio del poder público. En consonancia con nuestro medio, los tabasqueños sabemos disimular. Aquí todo aflora y se sale de cauce. En esta porción del territorio nacional, la más tropical de México, los ríos se desbordan, el cielo es proclive a la tempestad, los verdes se amotinan y el calor de la primavera o la ardiente canícula encienden las pasiones y brota con facilidad la ruda franqueza”.

¿Pero qué creen?

Sí, que en el nuevo tiempo mexicano, cuando el autor de las líneas citadas arriba es presidente, la naturaleza ya no tiene un papel relevante para el ejercicio del poder público.

¿Por qué?

Porque en Tabasco la naturaleza indomable, las majestuosas ceibas, los poderosos ríos, las lagunas mágicas y las jaurías de verde que inspiraron a Pellicer son arrasadas por el capricho de un dictador tropical, el tabasqueño López Obrador que construirá una refinería en ese paraíso.

Y es que a partir de hoy, una vez que entró en vigor la “Ley Garrote”, en Tabasco ya nada “aflora y se sale de cauce” porque López Obrador, promovió una joya de la represión moderna que permite apalear y llevar a prisión a todo aquel que intente “salir de cauce” en la nueva dictadura que viven México y Tabasco.

Hoy, en la porción más tropical de México, en Tabasco, los ríos de la inconformidad y el enojo social “no se desbordarán” porque el nuevo gobierno los someterá a palos, con la amenaza de prisión de hasta 13 años.

Es decir, la dictadura del tabasqueño hará el milagro de impedir que “se desborden las pasiones” en Tabasco; pasiones para impedir la construcción de la ilegal, inmoral y antinatural Refinería Dos Bocas porque, a partir de hoy, todos saben que habrá cárcel para el que lo intente.

Hoy, el cielo tabasqueño ya no “será proclive” a la tempestad de la inconformidad, del rechazo a las ocurrencias del dictador, porque para eso entró vigor la “Ley Garrote”; espejo de la represión del México 68, que apaleo, desapareció y mató a cientos de mexicanos que protestaban y rechazaban la antidemocracia, el autoritarismo y la represión.

Hoy, en Tabasco, “los verdes” –tonos verdes de la exuberancia selvática tabasqueña–, tienen prohibido amotinarse, porque el presidente tabasqueño prohibió la libre reunión callejera; porque plantarse o movilizarse en una marcha callejera es un delito mayor que robar o que matar; porque sólo a Obrador se le permite arrasar la selva y sus poderosos verdes.

Hoy en Tabasco está prohibido que el calor primaveral y la ardiente canícula “encienda las pasiones” propias de libertades como las de expresión o manifestación; y ay de aquel que intente manifestarse “con ruda franqueza”, porque será apaleado y encarcelado.

Y es que con su Refinería Dos Bocas y con la “Ley Garrote”, Obrador mató no sólo la indomable naturaleza de Tabasco y los tabasqueños sino que los convirtió en esclavos del pensamiento único y de la depredación natural.

Pero no es todo. López Obrador también es ferviente admirador del cardenista Francisco Mújica y del rebelde Tomás Garrido Canabal.

El 30 de marzo de 1934 Mújica visitó Tabasco y elogió a Garrido Canabal por su ejemplar rebelión en Tabasco.

Así lo dijo: “¡Seguid el ejemplo de este pueblo que ha levantado en sus manos la bandera rojinegra sin temor a ninguna crítica y que ha violado todas las leyes que se han opuesto a su progreso! Señores hay que “tabasqueñizar” a México”.

Hoy, con la Ley Garrote, el presidente Obrador habría apaleado a Francisco Mújica y encarcelado a Tomás Garrido Canabal.

¿O será que la represión en todo el país será la moderna versión de “tabasqueñizar” a México”?

¡Si, la parodia se cuenta sola!

Al tiempo.