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T-MEC: nueva oportunidad

El T-MEC no deja de ser una oportunidad para el desarrollo económico. Siempre y cuando haya reciprocidad y reglas claras. | Marco Adame

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Escrito en OPINIÓN el

Luego de más de 26 años del inicio del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) se pondrá en marcha su segunda edición. El pasado lunes el gobierno federal publicó el decreto por el cual se sustituye el TLCAN por el T-MEC que entra en vigor este primero de julio.

El T-MEC es una nueva oportunidad especialmente ante la crisis económica que enfrentamos a causa de la pandemia del covid-19. De acuerdo con el Banco Mundial, la recesión que afrontamos será la peor desde la Segunda Guerra Mundial y será la primera vez desde 1870, en que tantas economías experimentarán una disminución del producto per cápita. 

En el caso de México, nuestra economía venía ya en caída. El primer año de gobierno del presidente López Obrador la economía cayó 0.1%, lo cual no sucedía desde el 2009 en que enfrentamos la crisis financiera mundial. Y este año como consecuencia de la pandemia y ante la falta de apoyos económicos a las empresas por parte del gobierno federal, el Fondo Monetario Internacional estima que nuestra economía caerá un 10.5% y se calcula que para el 2024 habrá 12.2 millones de nuevos pobres. 

Es de suma importancia que se aproveche el T-MEC a fin de salvaguardar el bienestar y desarrollo de las familias mexicanas. No hay que olvidar que en su primera edición el TLCAN representó un importante avance para nuestro país. En 1993, antes de su entrada en vigor, exportábamos a los mercados mundiales un valor de 51 mil 886 millones de dólares, ahora, durante el 2019 nuestras las exportaciones alcanzaron 461 mil 115 millones de dólares. 

Cierto es que hubo sectores que resultaron más favorecidos que otros. El sector automotriz fue el más beneficiado pues, de 1994 a 2017 cuadriplicó sus ingresos en EU; en segundo lugar, se encuentran las industrias agroforestales cuya cuota de mercado en las importaciones norteamericanas aumentó de 4.28% en 1994 a 12.28% en 2017; y en tercer lugar están los productos electrónicos, cuya cuota de mercado en importaciones norteamericanas pasó del 8.23% en 1994 a 15.18% en 2017.1 

En el lado negativo se encuentra el sector de la moda textil que perdió espacios en el mercado norteamericano. Pero la causa principal de esta caída fueron factores externos al tratado. Durante los primeros años del TLCAN esta industria había tenido un buen desempeño, pero tras la adhesión de China a la OMC en diciembre del 2001 la participación de esta industria mexicana en Estados Unidos bajó del 9.64% en 2002 a 4.21% en 2017.2

El T-MEC contiene avances que serán benéficos como son actualizaciones en temas tecnológicos; en el comercio digital; en la protección de datos; en ciberseguridad y en la protección de la propiedad intelectual; así como la incorporación de nuevos mecanismos de solución de disputas mediante paneles de especialistas. 

Pero también habrá retos que tendremos que resolver, como son las restricciones a la industria automotriz en cuanto al valor del contenido regional, que consiste en la obligación de que productos automotrices sean construidos en la región en porcentajes que van desde el 65% al 75% y la condicionante de que más piezas sean fabricadas por trabajadores que ganen al menos $16 dólares por hora. 

El mayor reto será que por primera vez habrá normas laborales exigibles y se permitirán inspecciones para vigilar su cumplimiento. Esto podría ser utilizado como pretexto por Estados Unidos para imponer sanciones económicas como sucedía con los temas ambientales al inicio del TLCAN. De hecho, el vecino del norte creó ya una estructura para las inspecciones laborales que incluye un comité intersecretarial y un consejo de expertos laborales que se sumarán a los agregados laborales que operan en su embajada en México. 

Pero aún con estos retos, el T-MEC no deja de ser una oportunidad para el desarrollo económico. Siempre y cuando haya reciprocidad y reglas claras; seguridad jurídica; seguridad pública; pleno respeto a las libertades económicas; protección a áreas sensibles y a los derechos de trabajadores. 

Es por ello que el Partido Acción Nacional se ha manifestado a favor de la actualización del tratado y de aquellas reformas que permitan su mejor aprovechamiento. Tal y como lo expresó con sus votos en la sesión del periodo extraordinario convocado para este efecto.

En adelante todos los actores económicos, políticos y sociales deberán seguir trabajando, a fin de que no haya sectores económicos que queden rezagados y que el desarrollo llegue a toda la población, en especial a aquellos que se encuentran en situación de pobreza. 

1. Cuevas Ahumada, V. and López Churata, R., 2020. THE EFFECTS OF NAFTA ON ECONOMIC GROWTH. [online] Revistas.unam.mx. Available at: <http://www.revistas.unam.mx/index.php/rie/article/view/69623> [Accessed 30 June 2020].2. Ibid