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Sugerencias prácticas para mitigar el Bullying

Para Héctor Alejandro Méndez y su familia

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Escrito en OPINIÓN el

Con la reciente muerte causada por un acto de bullying a Héctor Alejandro Méndez, niño Tamaulipeco de 12 años de edad que cursaba primero de secundaria, se ha abierto un debate que parece más enfocado a designar culpas que a encontrar soluciones al problema. Teniendo causa del tema, por haber sido blanco del bullying de joven, les propongo 4 soluciones quizás no erradiquen el problema, pero que sí pudieran reducirlo de manera importante. Todas ellas pragmáticas, ninguna ideológica.

 

1.Reducir la brecha de edad en los salones de clase a través de manejar el sistema educativo basado en semestres y no años escolares

El era un monstruo y se quería sentar en el pupitre donde yo me encontraba. No le costó mucho trabajo lograr su objetivo. Se acercó, me vio feo y me dijo “muévete”.  Por medio segundo pensé llevar a cabo un acto de valentía y decirle “no me muevo, búscate otra banca”; pero no lo hice. Era demasiado grande.

En su libro Outliers, Malcolm Gladwell nos cuenta de un descubrimiento que hizo. Este autor se percató que la mayoría de los atletas titulares de los equipos deportivos de las prepas estadounidenses nacían entre enero y marzo. ¿La razón? Sencilla. Eran más grandes, tuvieron más tiempo para desarrollarse físicamente que los otros niños de su generación. Cuando somos niños un año de diferencia entre un niño y otro es un universo.

Yo nací en diciembre, tenia 11 y este niño tenía casi 13. El quería mi pupitre. Sin tomar en cuenta que el maestro quizás haya fingido demencia; quiero preguntarle al establecimiento educativo ¿por qué permitimos que niños y niñas con rangos de edades tan distintas convivan en el mismo salón? Si bien esta no es la principal causa de bullying, el limitar la brecha física entre niños limitaría el rol de la dominancia física en el bullying.

Les propongo que si un niño es más pequeño, como yo lo fui, pueda entrar al colegio al siguiente semestre, en vez tener que esperar un año adicional.

 

2. Incrementar el número de maestros por niños

¿Tu entrarías a una habitación solo o sola , con 30 perros en celo? Yo tampoco. Pero es lo que le pedimos diariamente a miles de maestros. Hasta en las escuelas más exclusivas y “nice” hay 15 alumnos por maestro; o lo que es lo mismo; 15 animales pubertos en celo luchando alocadamente por ser machos y hembras alfa.

¿Les hace sentido?

 

3.  Castigos consecuentes

Alguna vez en la secundaria me harté de que me molestaran. Fui con mi mamá y le conté sobre los abusos a mi persona. Sobre los zapes, calzones chinos, golpes y humillaciones. Ella, como madre de familia responsable acudió con el director de la escuela. Le dio los nombres de los alumnos. No paso nada.

Resultó que los papas de los niños eran influyentes y el castigo que les iban a imponer a sus hijos no les parecía. ¿Qué les hicieron? Nada. Esos mismos niños se enteraron que yo “raje” y me tocó doblemente mal. Yo sí aprendí, aprendí que rajar no me beneficiaba y que mejor me quedaba callado porque me podía ir peor.

 

4. Educación emocional

En un curso que tomé recientemente, hicieron una pregunta válida ¿Entienden sus emociones? Todos tomamos clases de matemáticas. Todos tomamos clases de ortografía. Todos tomamos clases de historia. ¿Alguien tomó clases de emociones? Yo tampoco.

Es casi obvio que tanto el Bully (agresor) como el bulleado (víctima) hacen y se “dejan” hacer por cuestiones de emotividad. Miedo, enojo, angustia, todas son palabras que de una u otra manera se ligan al tema del bullying escolar. ¿Si estas son las causalidades, por qué no las enfrentamos? Sí es necesario tener métodos reactivos el tema del bullying escolar, pero también se pueden prevenir.

¿Será que nos da miedo hablar del miedo?

 

@RobertoMorris