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OPINIÓN

Sucesión presidencial, con freno de mano

¿Acaso López Obrador metió freno de mano al activismo de los aspirantes a sucederlo? | Jorge Ramos Pérez

Escrito en OPINIÓN el

El presidente Andrés Manuel López Obrador desató la sucesión presidencial con nombres y apellidos fue el 14 de junio del 2021. En ese momento había en el ambiente la idea de un choque entre Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, y para zanjar el tema mencionó que no solo ellos podían aspirar, por lo que incluyó a Juan Ramón de la Fuente, Tatiana Clouthier y a Esteban Moctezuma.

El 5 de julio el presidente agregó en la lista a Rocío Nahle. En total, López Obrador ha mencionado a seis personajes: Sheinbaum, Ebrard, De la Fuente, Clouthier, Moctezuma y Nahle. Siempre ha omitido a Ricardo Monreal, coordinador de la bancada de Morena en el Senado.

“El Presidente tiene el derecho de expresar lo que él considera conveniente y, por esa razón, no creo que sea extraño el hecho de no ser mencionado entre los nombres que podrían ser candidatos presidenciales”, dijo Monreal ante los comentarios presidenciales, y agregó que adelantar los tiempos sucesorios traería divisiones a Morena y distraería a los suspirantes.

Marcelo Ebrard expresó el 13 de julio de 2021 su intención de participar en las elecciones presidenciales.

“Hay que agradecer al presidente que nos tome en cuenta”, dijo en la conferencia de prensa mañanera en Palacio Nacional.

El fin de semana previo, Juan Carlos Natale, exdiputado del PVEM, difundió en Facebook una foto con Ebrard… en donde se hizo pública su aspiración por ser candidato presidencial en el 2024.

“Todos tienen derecho a moverse”, respondió López Obrador en esa misma conferencia en Palacio Nacional, al lado de Ebrard, aunque acotó que no deben distraerse de sus tareas en el gobierno.

Claudia Sheinbaum también reconoció el año pasado sus aspiraciones presidenciales.

“Se tendrá que decidir en su momento, por una encuesta, como está establecido en los estatutos del partido. Mi papel en este momento es seguir haciendo bien mi trabajo y que el pueblo de México y de la Ciudad de México se sienta orgulloso de mí”, comentó en entrevista a la revista El País Semanal.

Lo evidente es que todos los mencionados por López Obrador para sucederlo hacen su trabajo. Las ponderaciones sobre si lo hacen bien o mal son aparte.

Lo interesante es que hubo movimiento. De pronto se empezó a ver a la jefa de gobierno en giras en algunos estados, y por lo mismo llamaron la atención. Otros presidenciables fueron más discretos.

En el escenario apareció Adán Augusto López Hernández al ser designado como secretario de Gobernación. Cuando le preguntaron al tabasqueño dijo hace unas semanas: “Yo no sudo calenturas ajenas, ya les comenté que yo tengo un compromiso con el señor presidente que me invitó a acompañarlo en esta tarea con todo lo que representa el señor presidente”.

Hasta donde se sabe, en Palacio Nacional hay incomodidad por una percepción de una presunta alianza entre Ebrard y Monreal, atizada por un tuit de respaldo al zacatecano en su batalla por el caso José Manuel del Río Virgen, preso en Veracruz bajo acusación de homicidio.

En los rejuegos palaciegos se filtraron versiones de sacudidas al gabinete lopezobradorista, desmentidas no solo por los señalados, también, y por ahora, en los hechos.

Aunque Claudia Sheinbaum comenzó a placearse en revistas internacionales y en ciudades del interior de la República, esta pasarela se detuvo.

¿Acaso López Obrador metió freno de mano al activismo de los aspirantes a sucederlo? ¿Qué tanto influyó el resultado en las elecciones en la Ciudad de México, evidentemente adverso para Morena y el movimiento de AMLO?

Por supuesto, nadie se queda quieto o con las manos atadas. Pero, por ahora, hay freno de mano o por lo menos le quitaron el pie que ya habían hundido en el acelerador.

Punto y aparte. Dante Delgado reacomoda piezas en su tablero de ajedrez.

Punto final. El presidente López Obrador anuncia un reporte en torno al cementerio de hospitales, sedes nosocomiales que quedaron en obra negra en gobiernos anteriores al suyo. Acostumbrado a culpar al pasado de todo lo malo, quizá deba detenerse más en mirar el fracaso en sus propias políticas públicas. En este caso se va a llevar sorpresas…