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Soluciones ¡No problemas!

El ciudadano es doble moral, le reclama a las autoridades por cualquier cosa, exige seguridad, pero le acepta al delincuente la despensa de ayuda. | César Gutiérrez

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Escrito en OPINIÓN el

Muchos definen al funcionario público como: “persona física que desempeña un empleo, cargo o comisión de cualquier naturaleza en la administración pública y son responsables por los actos u omisiones en que puedan incurrir en el desempeño de sus respectivas funciones”. 

Los funcionarios y servidores públicos en México son responsables de administrar y cuidar los recursos de la Nación y, por lo tanto, no les pertenece a ningún partido político o persona que en ese momento ostente un cargo. Los recursos sólo les pertenecen a los ciudadanos mexicanos. La transformación comienza cuando exigimos transparencia y pedimos una rendición de cuentas a los titulares que desempeñan esos cargos, para extirpar las malas prácticas. 

Por tanto, México requiere que sus funcionarios públicos y/o asesores dejen de llevar problemas y chismes al Ejecutivo, deben evitar tratar de justificar o eludir su responsabilidad por omisión, falta de conocimiento de las Leyes, Códigos, Reglamentos, Manuales, etc. (es hacer las cosas bien y poner el ejemplo de cómo se debe de hacer). Su deber es cumplir sus funciones y obligaciones de acuerdo a marco jurídico vigente. En este corto período existen pocos funcionarios que sí están cumpliendo, porque su trabajo y resultados hablan por ellos, pero ¿qué pasa con los que solo están cobrando sin hacer bien su trabajo y tienen nulos resultados?, ¿por qué los mexicanos tenemos que soportar esa mediocridad y falta de profesionalismo?

Aunado a esto, observamos precisamente que algunos funcionarios y asesores que, por tratar de justificar su ineptitud y torpeza con el Ejecutivo, le hablan al oído de metáforas e historias imaginarias de golpismo, de los conservadores, de los neoliberales, de los fifís, de una campaña de desprestigio. Crean una psicosis que ha trascendido, a tal grado, que son más importantes una lista de tuiteros, que los problemas sociales que nos aquejan a los mexicanos como la pobreza, el desempleo, el sistema de salud, la violencia contra la mujer, la discriminación, la inseguridad, el incremento de la delincuencia, la drogadicción, la desigualdad, etc., esto de acuerdo a la última Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (INEGI). Estos asesores, con tal de seguir con el hueso y cobrando muy bien, NO le dicen al Ejecutivo que muchas inconformidades del pueblo son el resultado de diversas omisiones a nivel de piso de quienes deberían cumplir con su trabajo, quedando a medias, generándose un ambiente caótico entre la población.

Voy a realizar el siguiente planteamiento: Si el gobierno está realizando un excelente proyecto, tiene buenos objetivos estratégicos sustentables, alcanzables y medibles, utiliza energías renovables, proporciona equipo y recursos a las instituciones o dependencias, supervisa y vigila que el liderazgo de los funcionarios cumplan al pie de la letra la proyección, genera productividad y empleos, dan estabilidad financiera a los ciudadanos bajando los impuestos  (de isr, iva, ieps, ide, tenencia, prestación de hospedaje, nominas, diversiones, mantenimiento de caminos, predial, adquisición de inmuebles, alumbrado público, etc.) se tiene acceso a una vivienda digna, existe buen clima laboral, están reducidos los casos de abusos y discriminación, ¿dígame sinceramente si una campaña de desprestigio podría lograr causar un impacto a los ciudadanos en contra de funcionarios del gobierno, que estarían haciendo bien su trabajo?

De ahí radica la fortaleza de las Fuerzas Armadas, están cumpliendo cabalmente con las órdenes que les han dado, no están preguntando el ¿Cómo lo hago? Todos están trabajando en conjunto desde su trinchera para materializar la proyección del Ejecutivo, para coadyuvar con la estabilidad de nuestra nación, se trata de sumar no de restar ni de dividir. Están poniendo el ejemplo a todos esos funcionarios que dicen “no puedo”. Esa es la gran diferencia para llevar a buen puerto a la Nación, enfrentando cualquier tipo de crisis. 

Es importante señalar que en México opera la famosa frase juarista: “A los amigos justicia y gracias, a los enemigos simplemente la ley”, esto es muy claro en el caso del conductor Javier Alatorre, conductor estrella de Televisión Azteca, quien de forma pública en el noticiero (tal vez el más visto en la república mexicana), incito a la población del país a no seguir las recomendaciones del doctor Hugo López Gatell Ramírez, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud en México, quien recomienda quedarse en casa para evitar mayor número de contagios entre los ciudadanos. Alatorre, retó de forma pública y temeraria las indicaciones del gobierno federal, siendo claro que existiría una respuesta por parte del presidente de la república, misma que fue por medio de la Secretaría de Gobernación, mediante el apercibimiento público a la Televisora del Ajusco, exigiéndole respetar a la Secretaría de Salud Federal.

Sin embargo, la respuesta no solo fue tibia, parecería más una llamada de atención entre amigos. El presidente de la república en su mañanera recomendó que no era necesario sancionar a TV Azteca, alegando que se trataba de un exceso o un acto de irresponsabilidad, pero que se debe salvaguardar el derecho a la libertad de expresión. Esto sería plausible si no fuera por el pequeño detalle que el presidente no es parejo, no fuera el diario “Reforma”, Ciro Gómez Leyva, Carlos Marín, Joaquín López Dóriga, Javier Hernández, Eugenio Derbez, Thalía y un sin número de periodistas, famosos o medios que critican el trabajo del presidente y su cuarta transformación, muchos de ellos con datos de contraste duros y reales, y muchos sólo con rumores. Pero en el caso de estos comunicadores, famosos y medios de comunicación no se toma en cuenta el derecho a la libertad de expresión, se les considera una herramienta de los neoliberales, fifís, golpistas, enemigos del estado y de la 4T, aplicando la máxima de, “a los amigos justicia y gracia, a los enemigos simplemente la ley”.

Por último, hemos visto el despliegue de elementos de las Fuerzas Armadas, Guardia Nacional y policiacos, en apoyo de la grave crisis de salud que atraviesa el país, a consecuencia del covid-19, siendo implementados el Plan DN-III-E y el Plan Marina, mismos que se están desarrollando en la mayoría del territorio de la república mexicana. Las actividades van desde el resguardo de instalaciones, personal médico y cuidado de insumos, hasta la protección de la seguridad pública que se ha visto muy afectada por la crisis de salud, económica y social que nos ha dejado esta emergencia de salud. Apenas estamos por entrar a la tercera fase de la contingencia por el coronavirus, y parece que será muy complicada, ya que traerá problemas de desobediencia civil por parte de la población, aumento en la inseguridad por delitos como el robo en diferentes modalidades, y pánico de muchos infectados.

Será necesario no solo acatar las recomendaciones de la autoridad, sino respetar a las autoridades, mismas que tendrán que ser enérgicas para cumplir con las medidas de seguridad, ya que en la desesperación muchos intentaremos llevar el sustento a la familia, rompiendo las medidas de confinamiento, ya que no hay la posibilidad de guardar la cuarentena por la necesidad de llevar comida a la mesa. Es aquí donde las Fuerzas Armadas y del orden público tendrán su mayor prueba.

Hoy queda claro que la palabra más utilizada en los medios de comunicación tradicionales y en las redes sociales es la palabra “héroes”. Me molestas decirlo, pero el personal médico, las Fuerzas Armadas, los policías, guardias nacionales son héroes, ya que a sabiendas del riesgo que conlleva hacer su trabajo, salen y lo hacen con todo amor y dignidad. Ya sé que no faltarán los que comenten, “si para eso les pagan”, “es su obligación”, y mil tonterías de ese estilo, pero la realidad es que aun con el miedo de contagio, salen a cumplir con su trabajo, con su obligación, con su deber, de la mejor manera y con la mejor actitud.

Es increíble que el ciudadano sea doble moral, les reclame por cualquier cosa, les exija seguridad, que los dejen hacer lo que ellos quieran considerándolo su derecho, pero que le acepta al delincuente del grupo criminal la despensa de ayuda, justificando que él sí lo apoya y el gobierno no, olvidando que esa despensa se compró con sangre y lágrimas de la extorsión, el secuestro, el tráfico de drogas, que vende su dignidad por una mísera despensa.

Sé que habrá quien le moleste esto y diga que la necesidad es mucha, pero la realidad es que como sociedad estamos mal, criminalizamos a las autoridades para magnificar y justificar al delincuente, justificando el actuar ilegal por ser beneficiados por esos grupos; volviendo a los mismo que he comentado toda esta columna: somos hipócritas. Le exigimos a nuestras autoridades resultados contra la delincuencia, pero aplaudimos al delincuente por tener un gesto de humanidad, cuando la realidad es que estamos justificando su actuar, utilizando la máxima de, “a los amigos la justicia y la gracia, a los enemigos simplemente la ley”.