No es un asunto de conmemorar un día cada año a la mujer, no es un tema de tener una fecha en el calendario, tampoco es una conmemoración. El 8 de marzo es una fecha que sirve para recordar lo que se debe hacer a diario, las mujeres solo queremos equidad.
En 1975 la Organización de las Naciones Unidas declaró 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer y en 1977 lo proclamó como Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional. En este 2016, la ONU designó la paridad como tema central, "Por un planeta 50-50 en 2030: Demos el paso para la igualdad de género".
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos establece que “el Estado establecerá las acciones necesarias que garanticen a las mujeres la erradicación de la violencia y el acceso a las mismas oportunidades e igualdad en todos los ámbitos de la vida pública y privada”.
Hoy día, bastan algunos datos para saber que hay rubros en los que las mujeres aún se mantienen en desventaja por su género y/o condición social. En el acceso a la educación, de las 4 millones 749 mil personas que no saben leer ni escribir, 61.5% son mujeres, y del total 26.2% son mujeres que tienen 65 años o más. Las posibilidades de estudiar, son aún más complejas para más mujeres indígenas, quienes no alcanzan a terminar ni siquiera la primaria, pues su promedio escolar es de 5.1 años.
Según información del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), en las actividades sin remuneración económica, las mujeres se colocan a la cabeza destinando a limpiar la casa, lavar o planchar, más de 7 horas a la semana, mientras que los hombres apenas ocupan 97 minutos en el mismo lapso.
Las labores domésticas son el reflejo más sencillo de una sociedad que aún ve en la mujer, a la persona que debe asumir esa responsabilidad, cuidar de los niños, lavar la ropa, mantener limpia la casa o servir de comer al padre o madre. Otro dato del INEGI menciona que el género masculino solo destina 98 minutos en promedio para preparar o servir alimentos, mientras que nosotras dedicamos 9 horas con 9 minutos.
En el ámbito legislativo, la Cámara de Diputados tiene una representación en mujeres de 212 curules, lo que representa el 42.4% de los espacios, mientras que el Senado tiene apenas 47 de 120 espacios.
Esos datos son una parte de la realidad mexicana de las mujeres, la otra parte corresponde a una menos agradable pero también presente, la violencia de género, mujeres que son golpeadas por su pareja, padre, hermano. La discriminación en el trabajo, donde muchas de ellas son acosadas o laboran con sueldos menores.
En la Ciudad de México ya contamos con la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, donde se garantizan derechos esenciales de las mujeres, sin embargo a nivel nacional podemos ver que aún hay pasos que se deben dar.
La igualdad no es asunto de un día, la igualdad es un tema que se trabaja a diario y desde los distintos espacios para todos los sectores. El objetivo, generar espacios y oportunidades al alcance de todos, como lo plantea la ONU, es una meta a alcanzar en 2030.