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Solidaridad en tiempos del coronavirus

La solidaridad tiene muchas formas de expresarse y seguramente habrá ocasión para que la manifestemos como en cada etapa difícil de nuestro país. | Ivonne Ortega

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Escrito en OPINIÓN el

Desde la noche del lunes 23 de marzo, la Organización Mundial de la Salud determinó que México ha entrado en la Fase 2 de la contingencia sanitaria por el coronavirus, es decir, el contagio comunitario, y a pesar de que el Subsecretario de Salud Hugo López-Gatell Ramírez desestimó en principio esa calificación, en la mañana del martes 24 nuestro país la acató.

La autoridad sanitaria federal dio a conocer la política del aislamiento social, con una empática campaña protagonizada por el personaje “Susana Distancia”, el mismo día que el presidente Andrés Manuel López Obrador saludó de mano a cientos de personas en su gira por Oaxaca.

El precio de la mezcla mexicana de petróleo se desplomó como ocurrió en el resto del mundo por la guerra comercial entre los productores árabes y Rusia, lo que ocasionó que los precios de productos derivados, como la gasolina y el diésel, también cayeran a nivel global. Y el presidente López Obrador se atribuyó el “logro” de reducir el precio de la gasolina en México.

Nuestra moneda ha sido la que menos resistió el embate por la incertidumbre económica mundial, y se depreció hasta romper el techo de los 25 pesos por dólar, en un entorno en el que dirigentes de todos los países coinciden en condonar impuestos e inyectar recursos a sus economías. Mientras tanto, en México el presidente asegura que no habrá recortes de impuestos ni rescate de empresas por la contingencia.

El gobierno federal ha empezado a emitir recomendaciones, aunque muchos gobiernos estatales, empresas y los propios ciudadanos se anticiparon y tomaron sus precauciones con días de anticipación, ante la inacción de la máxima autoridad del país. Varios Estados ya tienen sus propias medidas de aislamiento y de protección a su población, y se preparan para afrontar la crisis económica que viene.

¿Qué nos queda a los ciudadanos?

Informarnos, confirmar cada uno de los datos que recibimos en su mayoría por las redes sociales, no dejarnos llevar por el pánico de algunos ni la indolencia de otros. Aprender a hacer a un lado las actitudes politiqueras de gobiernistas y de opositores y fijarnos en el cuidado de nuestra salud personal y de nuestra familia, en primer término.

En México hay excelentes especialistas en la salud, con suficiente experiencia y conocimiento para hacer frente al enorme reto de expedir y conducir las decisiones sanitarias que mitiguen el impacto de la pandemia entre la población nacional. Y están haciendo su trabajo, a pesar de las actitudes dramáticamente infantiles de algunos funcionarios, a veces incluso de la actitud del propio presidente López Obrador.

Hagamos caso a la autoridad sanitaria en todo lo que se refiere a las medidas preventivas, y extrememos precauciones. Veámonos en el espejo de otros países que no tomaron en serio las cosas desde un principio, y que ahora pagan el alto costo de miles de fallecimientos.

Protejamos a los más vulnerables, primero en nuestro círculo cercano, y seamos conscientes en nuestras actitudes. Ayudemos todo lo que podamos a los que deben salir a trabajar para ganarse el sustento diario: ellos no tienen elección, o salen o no comen.

La solidaridad tiene muchas formas de expresarse y seguramente habrá ocasión para que la manifestemos como en cada etapa difícil de nuestro país. Las y los mexicanos estamos hechos de una humanidad que entiende el valor del esfuerzo pero sobre todo de la comunidad.

Vienen tiempos difíciles, es cierto. Pero ahora más que nunca es el trabajo, la conciencia y la solidaridad lo que nos hará salir adelante.