Concluyó otro periodo de sesiones tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados y una vez más las iniciativas que se presentaron para prevenir y combatir la corrupción tendrán que esperar a que haya mejores condiciones para que puedan ser sometidas a votación, lo que no creo que sorprenda a nadie.
Recuerdo que antes de que terminara la LXI Legislatura se aprobó en el Senado una propuesta presentada por Ricardo García Cervantes, y a pesar de que aparentemente había generado un amplio consenso entre todas las fuerzas políticas, sin explicación quedó congelada en la Cámara de Diputados. Algo parecido sucedió con la iniciativa que envió Peña Nieto al inicio de su gestión, pero además de que en este caso estaban claros los puntos de divergencia, su grupo parlamentario no mostró mucho interés para impulsarla.
Ante los escándalos surgidos por el presunto conflicto de interés entre la esposa del Presidente y Grupo Higa, así como por el reconocimiento de que éste sigue siendo un tema pendiente cuyas consecuencias generan un grave daño al país tal y como lo demuestran los resultados que arrojan prácticamente todos los indicadores, a finales de octubre el PAN propuso la creación de un sistema nacional anticorrupción para lo cual realizó consultas con especialistas y organizaciones de la sociedad civil.
No obstante, cuando se suponía que se estaba avanzando en la construcción de acuerdos, el PRI sorprendió con una propuesta alterna -de un sistema nacional de integridad pública- e hizo el intento para que en comisiones transitara un proyecto de dictamen que diluía el modelo panista ya que restaba independencia y facultades a los órganos anticorrupción.
Como era previsible no contó con el apoyo de la oposición que era indispensable para alcanzar la mayoría calificada, pero con esta jugada boicoteó la posibilidad de concretar la reforma constitucional este año, lo que resultaba muy importante ya que el espacio para lograr acuerdos se irá reduciendo conforme nos vayamos adentrando al proceso electoral, y no olvidemos que todavía quedaría pendiente la elaboración de las leyes reglamentarias.
Y mientras todo esto sucedía, nos enteramos de otro caso en el que se involucra a un alto funcionario del actual gobierno que también fue beneficiario de la generosidad de Juan Armando Hinojosa lo que cuando menos despierta muchas suspicacias, y ni que decir de la sentencia que absuelve a Raúl Salinas De Gortari por enriquecimiento ilícito y obliga a regresarle 30 propiedades que seguramente adquirió con su trabajo honrado de funcionario público de nivel medio además.
Por eso no extraña que se pospusiera la aprobación del sistema anticorrupción, no encuentro una sola razón que nos lleve a pensar que el PRI y su gobierno tengan la mínima intención de entrarle en serio al tema, y en cambio sobran ejemplos que evidencian que les estorba y por tanto su apuesta va en el sentido de conservar en lo posible el status quo, pero para calmar un poco el reclamo ciudadano tratarán de aplicar la vieja fórmula del gatopardismo “cambiar las cosas para que todo siga igual”. El nivel de cinismo y abuso es sin igual.
Lo que sí sorprende es la irresponsabilidad, torpeza y falta de sensibilidad con que actúan quienes se jactaban de tener mucha experiencia y oficio político. En verdad parece que no se han dado cuenta de donde están parados, mientras más se mueven mas se hunden y con ellos el futuro del país.