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Sin extraordinario

No se obtuvo mayoría calificada para convocar a un periodo de sesiones extraordinarias para aprobar las normas relativas a la revocación de mandato. | Federico Berrueto

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Escrito en OPINIÓN el

La Comisión Permanente del Congreso de la Unión no tuvo mayoría calificada para convocar a un periodo de sesiones extraordinarias para aprobar las normas relativas al procedimiento de revocación/ratificación de mandato del Presidente de la República. Queda por ver qué sucedió y si se hace un nuevo intento. La ausencia de un legislador del PT decidió. La Secretaria de Gobernación fracasó en su cometido de lograr la aprobación fast track de dicha normatividad.

Al presidente le urge la ratificación de su mandato. No le importa mucho a los senadores, ni siquiera a la oposición. Estar en campaña le viene como anillo al dedo al presidente. La realidad es que someter a ratificación al gobernante es un expediente que va a contrapelo de la certeza de derechos y del ejercicio debido del poder. 

La consulta le viene muy bien a un presidente militante, no a un presidente responsable. Debe precisarse que no hay una razón legal que la impida, bajo el supuesto de que no se debe aplicar retroactivamente la ley (la aprobación de la revocación de mandato fue posterior a la elección presidencial pasada), ya que hay base constitucional para su aprobación. La no retroactividad no aplica a reformas constitucionales. La controversia es de ética democrática, López Obrador fue electo sin condición por seis años y, por lo mismo, no deben modificarse los términos de su mandato.

Para que tenga lugar la revocación de mandato, además de los requisitos establecidos en la Constitución, se requiere reglamentación –propósito del periodo extraordinario– y presupuesto suficiente para una consulta de tal naturaleza. La comisión dictaminadora aprobó la iniciativa, pero hay un dato de la mayor relevancia: los legisladores del PVEM no votaron a favor. Respecto al presupuesto, el INE, responsable de la consulta, solicitó cuatro mil millones de pesos.

El presidente ahora descubre la realidad de los límites del poder presidencial en la segunda mitad. El presidente de la Corte, Arturo Zaldívar, por razones de supervivencia se salió del juego presidencial, el Tribunal Electoral recuperó su autonomía y sus aliados ya no son los incondicionales de la primera mitad. 

Al presidente le urge la ratificación de mandato como un recurso para relanzar su presidencia justo en el momento en el que su poder disminuye. Hasta ahora le ha costado poco el fracaso de su gobierno en casi todos los ámbitos, particularmente la seguridad, la economía y la gestión contra la pandemia. La sucesión ya empezó propiciada por el mismo presidente al nombrar posibles candidatos, aunque es evidente que su decisión es por Claudia Sheinbaum y que su última opción es Ricardo Monreal. 

El próximo año es el inicio del final en el marco de un gobierno fallido con un presidente muy popular. Ciertamente, para ese entonces el presidente requiere relanzar su gobierno, nada mejor que la consulta para ratificar su mandato.