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Sin Derechos Humanos

Cada día es más evidente que los mexicanos no cuentan ya con la CNDH para la defensa de sus derechos. | Joel Hernández Santiago

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Escrito en OPINIÓN el

Dice la señora Rosario Piedra Ibarra, presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) que tras los choques entre la Guardia Nacional y migrantes centroamericanos ocurridos el 20 y 23 de enero "No se pusieron en riesgo vidas de migrantes"... y por lo tanto, se entiende que según su criterio, no se atentó a sus derechos humanos...

Sin importar que aquellos días la Guardia Nacional utilizó la fuerza, usó gases lacrimógenos para contener el ingreso en territorio mexicano y cometió excesos. La línea presidencial fue la de “ahí no pasó nada” y la CNDH guardó silencio...

Así la responsable de una institución creada para vigilar, cuidar y reprobar mediante recomendaciones firmes y documentadas, todos aquellos agravios que atenten en contra de los derechos de seres humanos en México, su dignidad e integridad física y patrimonial, los que ocurren con frecuencia en la relación gobierno-ciudadanos y, por lo mismo, se requiere una institución autónoma en su presupuesto y decisiones, la que es pagada por los mexicanos para su eficiente acción y cuidado.

Pero resulta que la señora Piedra Ibarra ha dado muestras fehacientes de que no es la persona idónea para el cargo, no sólo por sus calificaciones académicas que tienen que ver con el tema psicológico del individuo, sino también porque desde su aprobación a la CNDH el 12 de noviembre pasado, la crítica a su imposición como Ombudsperson ha sido permanente tanto en México como en instituciones internacionales que atienden temas de Derechos Humanos...

Su llegada ahí no pudo ser más forzada, intolerante y fuera de orden legislativo. Hubo acusaciones de ilegalidad y de fraude al llevarse a cabo la votación; pero se impuso la mayoría del partido en el gobierno para su nombramiento. Y eso no es mérito alguno para ella.

De por sí su llegada ahí causó sorpresa e indignación entre quienes toman muy en serio el tema de Derechos Humanos en México por razones de Estado, luego ella misma se ha encargado de abonar a su imagen de consecuente con el régimen y no con quienes requieren el apoyo y el auxilio de esta Comisión...

...Como ocurrió en la frontera de México con Guatemala, en Chiapas, el 20 y el 23 de enero por lo menos, y en donde a ojos vista se usó la fuerza, se aplicaron gases lacrimógenos y se cometieron excesos por parte de la Guardia Nacional asignada ahí para contener a los centroamericanos que lo único que quieren es cruzar el país para llegar a Estados Unidos en busca de un sueño que antemano se convierte en una pesadilla al llegar a México.

Pero a la vista de lo ocurrido, la Ombudsperson guardó silencio. No hubo mención alguna a los hechos y sólo fue durante su informe anual de actividades ante la Comisión Permanente del Congreso mexicano cuando el legislador, Porfirio Muñoz Ledo, fue censurado por la mayoría parlamentaria de Morena, quienes en protección de la señora Ibarra Piedra se negaron a darle la palabra para rectificación de hechos durante su comparecencia. Se proponía demostrar que hubo atentados a los derechos humanos de centroamericanos en México...

La señora Ibarra Piedra dijo que no otorgarle la palabra a Muñoz Ledo fue un acto de democracia parlamentaria.

(Alfonso Durazo Montaño, Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, diría en Oaxaca, el 27 de enero,  que “Que en la frontera sur no ocurrió nada. Que de hecho no habían recibido ninguna recomendación de la CNDH”).

En la misma ocasión, durante su informe ese 22 de enero, se ocupó de desgranar acusaciones a sus predecesores, de señalar asuntos administrativos de la CNDH pero sin compromiso alguno con el eje central de esta Comisión: las recomendaciones y el estado que guardan los Derechos Humanos en el país que, como se sabe, hoy andan por los suelos.

Pero así como guardó silencio por lo ocurrido en la frontera sur, asimismo ha guardado silencio ante agravios que cotidianamente ocurren en el país todo.

Guardó silencio –por ejemplo– cuando se vio cómo niños de 12 a 15 años formaron parte de un ejército de defensa comunitaria en Chilapa, Guerrero, ante la ausencia de seguridad federal y estatal y a cuyos padres, desde el gobierno federal mexicano, se acusó de que ‘el crimen organizado reclutaba niños, a falta de nuevos integrantes jóvenes, por los apoyos que se les están brindando de forma directa en México...’.

Silencio ante el día a día mismo de los atentados a los derechos humanos allá o más allá. Nada. Todo es mutis. La señora Piedra Ibarra está ahí para guardar silencio. Para callar y obedecer. Para mostrar que la disciplina tiene sus beneficios contantes y sonantes con puestos de altísima responsabilidad, pero sin responsabilidad para ella...

Mientras tanto cada día es más evidente que los mexicanos no cuentan ya con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos para la defensa de sus derechos como humanos y las de sus facultades, fueros, integridad física y patrimonial, privilegios legales y sus libertades.

¿Esto es lo que necesitamos? ¿Para esto pagamos? ¿Para esto se creó esta CNDH? ¿Quién se ocupa de poner orden ahí? ¡Vaya, pues!