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Señales de vida

Seguramente al ver perdido el caso, al haber disminuido en su capital político y al entender que ya tenía muy poco que perder en lo que le resta a su administración, decidió jugárselo en todo.

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Escrito en OPINIÓN el

La semana pasada escuchamos el anuncio que hizo el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en el sentido de expedir un decreto (conocido como “orden ejecutiva”) que permitirá a varios millones de personas regularizar su situación migratoria en el vecino país del norte. La orden ejecutiva firmada por el presidente Obama consiste en diferir las deportaciones para casi 3.7 millones de personas, que son padres de ciudadanos estadunidenses o residentes permanentes, que actualmente viven en la irregularidad migratoria. Esta medida también beneficiará a cerca de 300,000 jóvenes que fueron traídos a los Estados Unidos cuando eran pequeños, y por supuesto, su llegada también fue irregular.

 

Si el presidente Obama, como titular del Poder Ejecutivo, quisiera aplicar la ley exactamente como debería, tendría entonces que deportar a cerca de 11 millones de personas, lo cual – dijo – resultaría casi imposible, y además, contrario al espíritu de aquella nación. En lo personal concuerdo absolutamente con eso que dice, puesto que el ICE (Immigration and Customs Enforcement) no tendría la capacidad operativa para hacerlo. Creo que la decisión de Obama es acertada y además, muy arriesgada. ¿La razón? Porque la oposición no se va a quedar con los brazos cruzados.

 

Vamos a analizar un poco lo que sucedió en las últimas elecciones, mismas que hace unos días narré en mi colaboración semanal. Tal como dije en aquella época, el Partido Demócrata y Obama perdieron una buena parte de su capital político y de los asientos en la Cámara de Representantes, en el Senado y en las gubernaturas. Fue un duro golpe para la administración demócrata, sobretodo de cara a las elecciones presidenciales de 2016, cuando se habrá de renovar la presidencia. Las razones, como dije antes, se deben en buena parte a la pérdida del voto latino (hispano, como le llaman de este lado) por la falta de acciones concretas por parte del presidente en materia de migración y de implementar su plan migratorio que ofreció desde tiempo atrás.

 

Seguramente al ver perdido el caso, al haber disminuido en su capital político y al entender que ya tenía muy poco que perder en lo que le resta a su administración, decidió jugárselo en todo y decretar la posibilidad de regularizar a aproximadamente 4 millones de personas que vivían en la irregularidad. En ese sentido, Obama desafió ampliamente al Poder Legislativo, especialmente a los republicanos que se oponen férreamente al tema migratorio, e hizo su jugada. En lo personal creo que con ello, va a recuperar una buena parte del voto latino en los Estados Unidos, al tiempo de demostrar que su presidencia todavía es funcional y con poder; es decir, da señales de vida. No es cosa menor. Además creo que esto beneficiará ampliamente al partido demócrata en 2016.

 

Pero la oposición (y mayoría) republicana no se hará esperar para alzar la voz y lo ha hecho a través de John Boehner (presidente de la Cámara de Representantes) quien acusó a Obama de ejercer una “presidencia imperial” en la que desafió abiertamente al Poder Legislativo. Y además anunció una serie de acciones que la mayoría del Partido Republicano implementará en los próximos meses (o semanas). En ese sentido, el Partido Republicano presentó una demanda en contra del presidente Obama, por algo así como “abuso de autoridad”, en el sentido de haberse excedido a lo que sus facultades constitucionales le permiten. En tal sentido, por supuesto que será sumamente interesante ver el resultado final de esta confrontación.

 

¿Qué puede suceder entonces? Se antoja difícil que una demanda así proceda tal cual, porque Obama podría alegar que no tiene la capacidad financiera y operativa para deportar a 11 millones de personas, razón por la cual ha decidido escoger cómo y cuándo aplicar la ley en la forma que mejor convenga al país. Los republicanos entonces han amenazado con cortar presupuesto al ICE para evitar que la orden ejecutiva entre en acción; se les olvida que el ICE y el servicio de inmigración funcionan con cuotas que cobran directamente a los usuarios, más que con dinero público proveniente del presupuesto federal. Pero sin lugar a dudas la batalla va a estar allí.

 

Todos recordamos que el año pasado, los republicanos y lo demócratas no fueron capaces de llegar a ningún acuerdo en materia de presupuesto, y el famoso “shutdown” (cierre) del Gobierno Federal se tuvo que llevar a cabo, hasta que llegaron a una resolución. Creo que este podría ser nuevamente el caso, porque si bien los republicanos no pueden echar abajo la orden ejecutiva, si pueden dificultar la negociación en otras áreas del gobierno. Falta ver si cuando haya un nuevo presidente en los Estados Unidos, mantiene la orden o la termina. En caso de ser Hillary Clinton o Chris Christie, la orden seguirá, pero no así si fuese otro presidente de corte distinto.

 

Ahora bien, para terminar esta colaboración, cabe la posibilidad que esto no sea más que una jugada política, pues en realidad resuelve un problema por la vía pragmática, y los republicanos podrán oponerse todo lo que quieran, pues al final de cuentas también les conviene que el asunto avance, pero siendo Barack Obama quien asuma totalmente el costo, y no así ellos frente a su electorado totalmente republicano. El tiempo nos lo dirá. Por ahora, Obama ha vuelto a dar señales de vida.

 

@fedeling