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Señales de alerta para 2019

El nivel de polarización y encono está rebasando cualquier límite, eso no puede ser positivo para el futuro de nuestro país. | Agustín Castilla

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Escrito en OPINIÓN el

Durante el año que está por terminar se vivió una gran tensión en la arena pública. Al hartazgo social que se fue acumulando a lo largo de la administración de Peña Nieto por los recurrentes escándalos de corrupción así como por los altos índices de inseguridad y violencia que agraviaron a la sociedad, se sumó el ambiente de polarización que prevaleció en las elecciones presidenciales, principalmente a través de las redes sociales que se inundaron de noticias falsas y descalificaciones que muchas veces derivaron en insultos personales.

A pesar de que la jornada electoral del 1º de julio transcurrió sin incidentes graves y con gran civilidad, que los resultados a favor de López Obrador fueron contundentes -por tanto no había margen alguno para un conflicto post-electoral-, y que los candidatos perdedores reconocieron de inmediato el triunfo, no se logró atemperar el ánimo social ya que el gobierno federal prácticamente desapareció de la escena dejando el espacio para que el presidente electo comenzara a marcar la agenda e incluso a tomar una serie de decisiones que generaron reacciones encontradas polarizando de nuevo a la sociedad.

Cancelaciones

Sin duda la más polémica hasta el momento ha sido la cancelación del aeropuerto de Texcoco, pues se trató de una decisión política con altos costos en términos financieros y de confianza para los inversionistas, con el propósito de dar un mensaje al poder económico que me pareció innecesario dada la amplia legitimidad con que llegó López Obrador y el control que tiene sobre el Congreso. Lamentablemente el debate no ha girado en torno a cuál es la mejor opción para atender una problemática real que es la saturación del aeropuerto internacional de la Ciudad de México, sino que una vez más se ha convertido en una especie de lucha de clases -azuzada en buena medida por el propio presidente- entre los fifís y los chairos.

La creación de la Guardia Nacional también ha merecido la atención y en gran medida la férrea oposición de organismos de derechos humanos, activistas, académicos y organizaciones de la sociedad civil ante la evidencia de que no es la ruta para enfrentar el grave problema de inseguridad que padece nuestro país, así como por la incongruencia del gobierno con la postura que había sostenido apenas unos meses antes.

Otro motivo de conflicto jurídico y social ha sido la fijación discrecional del tope en las remuneraciones de servidores públicos, y la aplicación de medidas de austeridad que, aunque plausibles dados los excesos en que efectivamente se incurrieron, han provocado el despido arbitrario -y hasta violento- de decenas de miles de burócratas que dependen de su trabajo para mantener a sus familias, además de que han sido estigmatizados injustamente y en muchos casos están siendo sustituidos por personas sin experiencia o calificación técnica cuyo único mérito es haber participado en la campaña.

Presupuesto

La definición presupuestal también es tema obligado de reflexión ya que si bien nunca alcanzan los recursos para todo, siempre habrá grupos inconformes y coincido en la necesidad de atender sectores tradicionalmente olvidados -pero con reglas claras y total transparencia para que no terminen siendo meros programas asistencialistas y electoreros-, no crea condiciones para la inversión y el desarrollo del país y resulta sumamente preocupante que asfixia a los órganos autónomos -señaladamente al INE- que son contrapesos indispensables para el ejercicio de gobierno.

Es claro que hace mucha falta que los asuntos públicos se debatan a partir de argumentos, reconociendo el derecho al otro de disentir, y no a partir de reacciones viscerales por muy justificadas que puedan ser. Por ello, lo que hemos visto-leído en estos días a raíz del siniestro en que perdieron la vida la gobernadora de Puebla y su esposo es muy delicado y quizá representa la mayor señal de alerta.

El nivel de polarización y encono está rebasando cualquier límite, y eso no puede ser positivo para el futuro de nuestro país. Por encima de la razón, se impone el discurso de odio, los ataques personales, la difusión de noticias falsas, la confrontación que cada vez nos divide más, por lo que debemos tener mucho cuidado para no entrar en un camino de difícil regreso. Entendamos que la lucha electoral terminó hace tiempo, que lo importante ahora no son las reivindicaciones ideológicas o de clase ni ver quien tiene la razón. Centremos nuestros esfuerzos en procurar la unidad y el diálogo a partir del respeto, en privilegiar las coincidencias que nos permitan encontrar las mejores alternativas para atender la pobreza, la desigualdad, la injusticia, la inseguridad y la violencia. Esta tiene que ser una responsabilidad compartida.

La línea en el presupuesto

@agus_castilla | @OpinionLSR | @lasillarota