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Senado de la República: ¿Y la austeridad?

Nadie tiene derecho a gastar de esta manera en tanto en el país existan las condiciones sub económicas de millones de mexicanos.

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Escrito en OPINIÓN el

Ya se sabe que aquí como si no pasara nada, pasa todo. En el Senado de la República también se cuecen habas y como que las están dejando quemar.

 

Hace apenas unos días se anunció la creación de un Comité Consultivo integrado por 10 ex presidentes de la Cámara Alta –de 1999 a la fecha-. Es –se dice- un órgano de consulta de las decisiones del Senado y que quienes lo integran tienen cargos ‘honoríficos’.

 

En su instalación el 5 de noviembre pasado se dice que “es con el objetivo de aprovechar la experiencia de los ex presidentes para enfrentar los retos de la democracia y la deliberación parlamentaria”. Bien. Muy bien.

 

Nada más que la Cámara, factor de descentralización del poder en tanto representa a las entidades, de equilibrio en las decisiones del Ejecutivo y la Cámara Baja y consultor de las mismas,  surgió en 1824 –aunque no fue sino hasta el 6 de mayo de 1848 en que se declaró legítimamente constituida la Cámara de Senadores…- para ser órgano consultivo y factor de moderación, sensatez y prudencia.

 

Y se consolidó esencialmente para ser eso, para ser una Cámara en la que sus integrantes estuvieran dotados de capacidad para razonar y aportar criterio republicano a las decisiones legislativas; y sus integrantes deberían estar dotados de destreza, de sabiduría, de responsabilidad y de muchos años de erudición acumulada, cada uno, en favor del país: Senado, igual Senectum: Senecto que se refiere a experiencia…

 

Aun así, nuestros Senectos mexicanos decidieron que necesitan ayuda; que la tarea que les corresponde llevar a cabo necesita la unción de quienes tuvieron su tiempo y su responsabilidad y con esto de alguna manera niegan su esencia como institución y como representantes de su entidad;  y niegan que sólo ellos y nada más que ellos como órgano colegiado institucional puedan ser ese factor de equilibrio tan necesario en un país de tantos desajustes institucionales.

 

Así que los Senectos, experimentados y consultivos tienen ahora consultores ‘honorarios’. Lo que significa una contradicción.

 

Y en esas andamos cuando de pronto aparece en la televisión un spot miles de veces repetido en el que el Senado de la República presume el arreglo de la casa de Xicoténcatl para hacerla “la Casa de los mexicanos”. De hecho ni debieran decirlo porque se presupone que todos los recintos legislativos y ejecutivos y judiciales son propiedad de la nación y a la nación la componemos todos los mexicanos.

 

Don Francisco Ortiz Pinchetti publicó en Sin Embargo, el 27 de noviembre:

 

“… Una casa por cierto un poco cara, pues su precio se incrementó casi tres veces el presupuesto original (mil 700 millones de pesos) para llegar hasta ahora a más de cuatro mil 200 millones. Y todavía falta. Tres años después de ser ocupada la nueva sede del Paseo de la Reforma está terminada en sólo un 80 por ciento (…) Se sabe, eso sí, que en sólo 21 meses, los senadores de la República aumentaron su costo per cápita en 11.2 por ciento, pues durante septiembre de 2012, cuando comenzaron la LXII  Legislatura, cada uno de ellos tiene un costo en la asignación de recursos de los grupos parlamentarios de 296 mil 583 pesos en promedio; pero hacia junio de 2014 se había elevado a 300 mil 782 pesos mensuales”. 

 

Esa austeridad a la que ha convocado el gobierno mexicano debido a la crisis económica nacional “derivada de problemas exteriores”, no ha tocado al Senado de la República y mucho menos a cada uno de sus Senectos; las excepciones se obvian.

 

Apenas el lunes 30 de noviembre se supo que tan sólo en lo que va del año, el Senado de la República acumula gastos por 16.5 millones de pesos en 69 viajes fuera del territorio nacional. “Tan sólo en boletos de avión erogó 9.6 millones de pesos, entre ellos 43 que le costaron, al menos, cien mil pesos, a pesar que desde febrero pasado ofreció que iba a evitar el pago de precios algos” [Leticia Robles de la Rosa, Excélsior, 30 de noviembre pp.]

 

Así que ‘durante el tercer trimestre de este año (julio –septiembre) el Senado pagó 23 viajes internacionales a Senadores viajeros, entre los que destaca que el Senador del PRD Rabindranath Salazar utilizó el boleto más caro, de 148 mil 874 pesos para ir a Estrasburgo, Francia. En el mismo lapso pagó –pagamos- 18 boletos que superan los cien mil pesos, entre ellos los destinados a la gira de la Mesa Directiva por Corea del Sur, China y Japón, realizada en julio y en la que participaron siete legisladores: el costo fue de un millón 648 mil pesos’.

 

Y de ahí en adelante: el dispendio de recursos públicos, que de forma indolente e irresponsable erogan, llega al límite de la tolerancia. Nadie tiene derecho a gastar de esta manera en tanto en el país existan las condiciones sub económicas de millones de mexicanos. Nadie, con respeto y honorabilidad debiera sentirse opulento en este país con dinero ajeno a riesgo de que “el que de ajeno se viste, en la calle lo desnudan”.

 

En todo caso está claro que de un largo tiempo a esta parte, el Senado es el refugio de políticos premiados que quieren más: la mayoría quiere ser gobernador de su entidad y si no, por lo menos aspiran y trabajan para conseguir puestos de alcurnia burocrática; el reciclaje está ahí, a la vista.

 

En todo caso ya sería bueno reflexionar en la importancia real, eficiente, tangible y republicana del Senado de la República. ¿Qué pasaría en México si no existiera el Senado de la República?

 

De 1867 a 1875 México funcionó  bien sin el Senado. Lo habían anulado por elitista, conservador y estorboso para los planes de nación de los liberales mexicanos. ¿Será?

 

@joelhsantiago