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Seguridad: necesidad de conocer... y compartir

Al principio de conocer hay que sumar el de compartir para combatir de forma integral cualquier amenaza contra la seguridad. | Fabián R. Gómez*

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Escrito en OPINIÓN el

En la actualidad los desafíos a la seguridad y estabilidad de los países han adquirido una dinámica muy veloz donde la información fluye, cambia y se potencializa en segundos. 

Tradicionalmente las agencias de inteligencia y las de seguridad, tenían muy definidas sus necesidades de conocimiento, es decir, sus competencias, había temas que quizás no necesitaban conocer o la complejidad del proceso para interpretar algún tipo de información y llevarla al nivel táctico operacional generaba que no la consideraran como parte de su universo, por lo tanto, cada agencia especializada tenía su información y ejecutaba conforme a su marco de actuación, y eso bastaba para lograr sus objetivos. Sin embargo, el mundo de la seguridad enfrentó una revolución ante lo que, tras el gran fallo institucional del 9/11 americano, quedó en evidencia. 

La información para prevenir ese atentado habría sido suficiente pero no adecuadamente compartida, pues las agencias responsables desconocían parte del rompecabezas que los llevaría a prevenir la catástrofe del ataque terrorista, tal como se acreditó en el informe de inteligencia presentado por el congreso y el senado americano (US Senate Select Committee on Intelligence and US House Permanent Select Committee On Intelligence, 2002) donde pudimos observar lo siguiente:

1. La comunidad de inteligencia americana, encabezada principalmente por la CIA (Central Intelligence Agency) tenía información suficiente para considerar inminente un ataque de Al-Qaeda utilizando aviones comerciales, sin tener la claridad del método o los atacantes.

2. El FBI tenía conocimiento que en determinada escuela de aviación, habían sido detectados alumnos árabes que ponían especial atención en maniobras durante el vuelo, sin embargo, no mostraban interés en el despegue y aterrizaje.

3. El servicio de inmigración y aduana tenía conocimiento de que sujetos de nacionalidad saudí habían ingresado al país excediendo los tiempos permitidos por la ley en todas sus visas.

Cuando se colocan en la mesa de análisis elementos tan básicos, podemos anticipar un riesgo inminente y seguramente se pudo haber determinado el origen y destino de la amenaza terrorista, sin embargo, no se hizo y esa situación orilló a replantear la obligación de conocer la totalidad de la información respecto a temas tan sensibles y de compartirla a todos los posibles involucrados para generar sentido en los informes que a simple vista podrían resultar aislados pero que integrados podrían salvar cientos de vidas.

¿Qué fue lo que impidió que la información se compartiera?

La difusión de información entre agencias policiales y de inteligencia se regía en EU, y rige aún en muchos países por el principio de NTK (Need to Know) o Necesidad de Conocer, que establece que el poseedor de la información tiene el derecho de decidir la difusión de la misma atendiendo a dos preguntas fundamentales ¿El destinatario tiene o no la necesidad de saberlo? ¿Tiene acreditado el nivel de acceso necesario? Cuando se plantearon las preguntas anteriores en aquel momento, las distintas agencias no encontraban razón para que sus aliados conocieran datos que podrían parecer novedosos o relevantes pues cada uno tenía una visión aislada del escenario. Comprensible teniendo en cuenta que el sistema de información se guiaba por la rigidez de la Guerra Fría.

En contraste al conflicto anterior, podemos observar la Cláusula de Solidaridad del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea donde se tiene una visión actualizada y completamente distinta a la excesiva compartimentación americana:  

“…La Unión y sus Estados miembros actuarán conjuntamente con espíritu de solidaridad si un Estado miembro es objeto de un ataque terrorista o víctima de una catástrofe natural o de origen humano. La Unión movilizará todos los instrumentos de que disponga, incluidos los medios militares puestos a su disposición por los Estados miembros …”

Identificamos este principio en inteligencia como la “responsabilidad de compartir” o RTS (Responsibility to Share) y significa que la persona que posea información está bajo obligación de transmitirla a quién pudiera estar legitimado de usarla y en caso de no hacerlo, lo convierte en responsable de cualquier acontecimiento generado por dicha omisión. En contraste con el NTK donde para quien resguarda la información bajo cualquier criterio, no existen consecuencias.

Podemos empezar a plantear un conflicto con viejos principios de secrecía y restricción de la información contra el principio de compartir la información en solidaridad para entender los nuevos retos que tenemos en seguridad, sin duda, estamos ante la evolución de la inteligencia tradicional a la nueva inteligencia en la era de la información, donde los grupos delictivos explotan la información, y los canales de la misma que existen hoy en día, en un ritmo y nivel muy superior a los que lo hacen la gran mayoría de los Estados, amenazas híbridas que han puesto en jaque a todo el mundo, por lo que o compartimos información o seguiremos siendo vulnerables ante el constante crecimiento de este tipo de amenazas.

¿Qué barreras seguimos encontrando en las instituciones de inteligencia y seguridad?

Cuando hablamos de agencias de inteligencia, de procuración de justicia y de prevención y combate al delito, la idea de restringir la información entre cada una, resulta sagrada pues la protección de la misma garantiza su eficacia y además protege a las fuentes y sus pruebas para poder cumplir sus misiones. Sin embargo, también se restringe por motivos de riña institucional, con el fin de conseguir medallas al buen trabajo, pero el problema más grande que encontramos, se trata de la falta de confianza entre instituciones y niveles de gobierno pues la corrupción de las mismas y la penetración de los grupos delictivos organizados han generado un fallo en garantizar la protección de la información, logrando destruir el objetivo de la misma, prevenir y combatir escenarios de inseguridad y ataques a la población.

En conclusión, nos encontramos ante un desgaste generalizado de las instituciones de seguridad, un conflicto entre seguir exagerando la compartimentación o compartir con el riesgo de que en ambos escenarios y por motivos anteriormente descritos, el objetivo fracase.

A pesar de lo anterior, debemos entender al principio de NTK como parte de un sistema de inteligencia del siglo pasado que requiere ajustes para los retos de este nuevo siglo, flexibilizar criterios de restricción y sobre todo adoptar el principio de RTS para combatir de forma integral cualquier amenaza contra la seguridad, como lo mencioné anteriormente, el enemigo principal será la corrupción de las corporaciones y agencias, a pesar de eso, nadie debe ser excluido del proceso y por el contrario, que sirva la inteligencia también para depurar a las instituciones.

*Fabián R. Gómez

Abogado, politólogo, maestro en inteligencia y maestro en seguridad pública, especialista en seguridad nacional. Ex oficial de la Armada de México y ex funcionario en inteligencia.