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Seguridad digital para una prensa libre

Para tener una prensa libre se necesita garantizar su seguridad digital. | Marina San Martín

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Escrito en OPINIÓN el

Este año, el Día Mundial de la Libertad de Prensa –3 de mayo–, se centró en resaltar a la información como un bien común, pues cuando ésta es de calidad, objetiva, oportuna y verificable; y cuando el ejercicio periodístico es independiente, se favorece la construcción de sociedades desarrolladas y democráticas.

México es uno de los sitios más peligrosos para desempeñar la profesión informativa. Según el Observatorio de Periodistas Asesinados de la UNESCO, en 2020, se registraron 62 asesinatos contra dichos profesionales en el mundo, de los cuales, nuestro país tuvo el mayor número de casos, seguido de Afganistán, India y Pakistán.

La inseguridad y violencia contra quienes trabajan en medios de comunicación se replica e intensifica en el entorno digital. El alcance e impacto de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) expanden las formas de intimidación, insultos, hostigamientos y censura.

De acuerdo con la organización Social TIC, los ataques digitales se manifiestan mediante vulneraciones técnicas o conductas humanas. Por citar algunos, los primeros se traducen en daños o pérdidas de equipos; accesos no autorizados a cuentas; suplantación y falsificación de información (phishing); o bien, intervención de sistemas y equipos. 

Los que implican interacciones con personas se concretan a través de ofensas, amenazas, acoso, extorsión, distribución de información íntima sin consentimiento (doxing), suplantación y robo de identidad, vigilancia, remoción y/o bloqueo de contenidos, entre otros.

El informe “Distorsión: el discurso contra la realidad” de Artículo 19, revela que, de 692 agresiones contra la prensa documentadas en 2020, 27.6% (191) fueron de carácter digital, siendo los tres principales tipos: la intimidación y el hostigamiento, las amenazas y la eliminación de contenidos.

Los actos de violencia contra quienes colaboran en medios de comunicación generan un efecto de autocensura, por temor a poner en riesgo su integridad física o su vida; o bien, la de sus cercanos, violentando el derecho a la información.

Los ataques en Internet pueden prevenirse con hábitos de cuidado de nuestra información, como hacer respaldos, usar antivirus, emplear contraseñas difíciles de adivinar, actualizar aplicaciones, evitar engaños informáticos mediante la verificación de fuentes; así como, cifrar comunicaciones.

Si ocurre algún tipo de hostilidad en redes sociales hay que identificarla y documentarla; silenciar, bloquear y/o reportar a la persona o al contenido dañino; y denunciar.

Para tener una prensa libre se necesita garantizar su seguridad digital, pues como observó la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el Caso Vélez Restrepo y familiares vs. Colombia, “el ejercicio periodístico sólo puede efectuarse libremente cuando las personas que lo realizan no son víctimas de amenazas ni de agresiones físicas, psíquicas o morales u otros actos de hostigamiento”.