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Sedena y Marina, intocables

Presupuestos 2016.

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Escrito en OPINIÓN el

El jaloneo en la Cámara de Diputados llegó a su fin. El Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para el próximo año es un hecho consumado que en el camino sufrirá, como siempre, modificaciones, adecuaciones y ampliaciones que la Secretaría de Hacienda (SHCP) terminará por autorizar, sobre todo tratándose del inicio del declive sexenal, en el que las agendas de seguridad y de atención social serán la prioridad para evitar un cierre explosivo en la administración de Enrique Peña Nieto.

 

El PEF aprobado por los legisladores quedó en 4 billones 763 mil 874 millones de pesos que se ejercerán en 2016. De esa suma, poco mas del 50 por ciento corresponde a recursos prioritarios en materia de desarrollo y atención social, en agendas como Desarrollo Municipal (162 mil 061 millones, 925 mil 070 pesos con 89 centavos); Agua Potable y Saneamiento (48 mil 467 millones, 057 323 pesos con 95 centavos); Infraestructura (233 mil 795 millones, 595 mil 968 pesos con 30 centavos); Justicia (1 mil 621 millones, 939 mil 592 pesos con 25 centavos) y Salud (46 mil 397 millones, 507 mil 284 pesos con 77 centavos), por citar algunos.

 

La otra agenda es la de seguridad, en donde las secretarías de la Defensa Nacional (Sedena) y de Marina (Semar) conservaron los presupuestos anunciados meses atrás en los proyectos entregados a la SHCP.

 

Para la Sedena serán los 72 mil 250 millones 719 mil 526 pesos estimados en el documento presentado a la SHCP, en los que se incluyen recursos para Proyectos y Programas de Inversión vitales, como la compra de un sistema de radares (cuatro equipos) para fortalecer la vigilancia estratégica del país, la compra de aviones C-295 CASA para transporte militar, la adquisición de seis helicópteros Cougar EC-725, así como la compra de mas de mil camionetas y 14 helicópteros para labores de aspersión y erradicación de plantíos de enervantes.

 

En tanto, la Marina ejercerá los 27 mil 401 millones 156 mil 874 pesos que el alto mando naval solicitó y con los que intentará sacar adelante la veintena de proyectos estratégicos transexenales, como son la construcción de cuatro Buques de Vigilancia Oceánica, la compra de aviones y helicópteros de carga y transporte militar, la construcción de patrullas costeras y de interceptoras Polaris y el fortalecimiento de sus centros de inteligencia naval.

 

A estas dos secretarías no se les recortó un solo peso, pero tampoco se les otorgaron recursos o ampliaciones extra para el ejercicio 2016. De acuerdo con el decreto publicado en la Gaceta Parlamentaria de la Cámara de Diputados el 12 de noviembre, la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública recibió ni más ni menos que 48 mil 304 peticiones de recursos federales para el año siguiente, que implican un monto de 796 mil 330 millones 280 mil 763 pesos.

 

Entre ese universo de peticiones, solo una fue hecha por la Sedena y fue por un monto de 500 millones de pesos sin que se explique exactamente en qué serán ejercidos tales recursos.

 

En el caso de la Marina, la austeridad y el auto control parecen operar de manera automática, ya que la dependencia que encabeza el almirante Vidal Soberón Sanz fue a única de toda la administración federal que no hizo petición alguna y se quedó con la asignación planeada.

 

En lo que sí hubo incrementos previamente contemplados por Sedena y Marina fue en el tema de los sueldos de sus integrantes. Según el documento publicado en la Gaceta Parlamentaria, la Sedena recibirá recursos por 884 millones, 245 mil 715 pesos y la Armada de México obtendrá 231 millones, 838 mil 892 pesos a los que se sumarán 190 millones 068 mil 430 pesos, para hacer un total de 421 millones, 907 mil 322 pesos.

 

Los poco más de 190 millones obtenidos por la Marina con la etiqueta “otras medidas de carácter económico, laboral y contingente”, no tienen correspondencia con lo aprobado para la Sedena, que no presenta este beneficio en la asignación final tocante a los salarios de su personal.

 

La agenda del combate a la inseguridad sigue como la segunda prioridad en una carrera parejera con la de los temas de atraso social. La modernización militar sigue caminando de la mano de la militarización policiaca que hasta el momento solo ha conseguido echarle más gasolina a las hogueras de Guerrero, Michoacán, Estado de México, Tamaulipas y Sinaloa, por citar solo algunos.

 

La reedición de mandos militares como coordinadores de seguridad pública o bien como encargados de mandos y estrategias unificadas en diversas entidades constituye también un retroceso o una suerte de impasse en la fracturada reforma policial del país.

 

Los presupuestos militar y naval intocados y luego imposibles de verificar a través de los Programas Anuales de Evaluación que todas las dependencias federales elaboran al término de cada ejercicio. En el caso de Sedena y Marina es imposible revisar sus actuaciones y la manera en que aplicaron los PEF asignados.

 

La secrecía y confidencialidad les garantizan que no sepamos si los recursos entregados corresponden finalmente a metas proyectadas.

 

En palabras de lo especialistas en seguridad pública Marcelo Bergman y Arturo Arango, seguimos entregando muchos recursos y obteniendo poco resultados.

 

Es su palabra contra la nuestra.

 

@JorgeMedellin95