El fantasma de la recesión en Estados Unidos se acerca a México. La elevada inflación, la guerra en Ucrania y el descontrol en las cadenas de suministro son factores que juegan contra ambas economías.
Por lo pronto, crece la preocupación de los analistas por los efectos que tendrá este entorno adverso en México. La pregunta es si el gobierno del presidente López Obrador cuenta con las suficientes herramientas para hacerle frente.
No es casualidad que las estimaciones de crecimiento para México, todas, van a la baja. Hace unos días la calificadora de riesgos Standard & Poor's redujo su pronóstico de PIB para este año de 2% a 1.7%, sin embargo, hay otras áreas de análisis lo llevan hasta menos de 1.5%.
La agencia también disminuyó su proyección para la economía mexicana en el 2023 al pasar de 2.3 a 1.9%, por lo que de materializarse la recesión en Estados Unidos, en automático se desplomará la demanda de exportaciones de bienes manufacturados con graves consecuencias para el país.
Nos cuentan que la recuperación de la economía mexicana ante la pandemia por covid-19 sigue siendo una de las más débiles de América Latina, por lo que las condiciones para los siguientes meses no son nada alentadoras.
A los riesgos económicos se suman los altos niveles de incertidumbre política y de creciente violencia que tampoco abonan al crecimiento del país, lo que podría aumentar el descontento social y dificultar las decisiones de inversión.
Encuentro Biden-López Obrador
En el próximo encuentro de los presidentes Biden-López Obrador se esperan fuertes reclamos de Congresistas estadounidenses quienes están en contra de las políticas del mandatario mexicano. Incluso, en la Casa Blanca no están muy contentos con la decisión de López Obrador de no asistir a la Cumbre de las Américas, ya que se tomó como un desaire innecesario.
Tanto demócratas como republicanos califican como “un desacierto” del presidente López Obrador no acudir a la reunión por apoyar a dictaduras como Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Nos comentan que los temas obligados del encuentro Biden-López Obrador serán el migratorio y las políticas para frenar el cambio climático. No obstante, no se dejará a un lado la controversia que analiza presentar el gobierno de Estados Unidos -al amparo del Tratado de Libre Comercio (T-MEC)- en contra de México. El motivo: la preocupación de las empresas norteamericanas por la abierta preferencia de la Comisión Federal de Electricidad para beneficiar a las compañías mexicanas.
Incluso, Katherine Tai, representante comercial del vecino país evalúa la forma y los tiempos en los que se presentarán las quejas ante los paneles del tratado trilateral.
Los más cercanos al tema aseguran que dependiendo del resultado de la reunión entre los mandatarios, las controversias se podrían presentar la tercera semana de julio ante la creciente presión de las empresas estadounidenses para que el gobierno mexicano aplique una política de competencia pareja, ya que de lo contrario, replantearán sus inversiones en el país.
Así las cosas…