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Salvando al Godín: un jefe a la vez

Siempre hay algo que se puede hacer al respecto | Aniela Cordero

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Escrito en OPINIÓN el

Micromanagement (o microgestión, por si las dudas). A todos nos da repele la mera lectura de la palabra, en algunos casos como Mufasa con las hienas. Ya no se diga el tener que sufrirlo en el trabajo todos los días y evitar que merme nuestra productividad o afecte nuestra motivación.

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Más que un estilo de liderazgo, es un estilo de gestión (que definitivamente no es lo mismo) y se caracteriza por un control excesivo sobre cada aspecto y detalle del trabajo del empleado o colaborador, en lugar de coordinar y gestionar los esfuerzos y recursos para lograr el panorama completo.

Micromanagement

Tal vez muchos crean que es una exageración o es otro término “millenial” para describir algo con lo que nuestra sensibilidad no está de acuerdo, peeero no. El micromanagement afecta en gran medida el desempeño, productividad y (¡oh sorpresa!) los resultados tanto a nivel individual como a nivel equipo. Pero, ¿cómo saber si realmente soy víctima (pose de tragedia) o si nada más es algo personal con el jefe (que también se vale, supongo)?

Fácil. Si tienes más de 5 características de la siguiente lista, estás sufriendo micromanagement a manos de tu tiránico jefe o (¡oh, sorpresa otra vez!) tu eres el tiránico jefe a quién todo el mundo le hace el feo (tranquilo, tooodo tiene solución).

Veamos la lista

1.       Resistencia a delegar tareas. (Todólogos, les dicen)

2.      Se meten demasiado en el trabajo asignado a otros. (Chismosos, les llaman)

3.      Se enfocan en los detalles más que al panorama. (Obsesivos, según cuentan)

4.      Desalientan a los demás al tomar decisiones. (Abogado del diablo, quesque)

5.      Se involucran en el trabajo de otros sin consultarlos. (Metiches, un clásico)

6.      Monitorean lo menos importante y esperan reportes regulares aleatoriamente. (¿Dónde está el reporte de cuántas veces dejaron la taza del baño levantada?)

7.      Ignoran la experiencia y/o conocimiento de otros colegas. (Sabelotodos, otro clásico).

8.      Pierden compromiso y lealtad. (El avión, jefe, el avión)

9.      No priorizan correctamente. (El proyecto se está perdiendo pero todos tienen que usar lápices del número 2 porque es lo más importante)

10.   Tienen un equipo desmotivado. (Suena el despertador y piensas: “¿Cuántas veces me he reportado enfermo esta semana?”)

¿Identificado?

Pero no teman, mis queridos microgestionadores y microgestionados, siempre hay algo que se puede hacer al respecto, y funciona para ambos casos. Prueben empezar evaluando su propia conducta: ¿están haciendo algo (lo que sea) que pueda ser causa de preocupación o malestar? ¿Sí? Entonces podrían aplicar un poco de empatía (que es ponerse en los zapatos del otro) y ver si pueden entender su punto de vista, y si es posible, compartirlo hasta donde les sea posible.

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Siguiente paso

Al entender las motivaciones del otro, se puede identificar en dónde se está aplicando más micromanagement y cómo se puede bajar el nivel de intensidad, por ejemplo: “Mi jefe me checa los horarios todo el tiempo; él es una persona muy puntual, ¿estaré llegando demasiado tarde? Posiblemente. Entonces intentaré llegar más temprano”.

Un paso más

Ya casi, ya casi… Reta (sanamente, nada de duelos a muerte) a tu jefe. En lugar de tener sesiones en equipo todos los días, pide una reunión uno a uno de manera semanal o quincenal, y lleguen a un acuerdo para lograr los objetivos. Por ejemplo, (siguiendo con la puntualidad), si tu jefe se estresa porque no le avisas cuando llegas tarde, hagan un acuerdo para avisarle cuando no vas a llegar a tiempo ni con los minutos de tolerancia. Y si un día te pregunta dónde estás antes de que siquiera den las 8 o 9 de la mañana, recuérdale el trato y que te dé chance de hacer cosas por ti mismo.

El último

Comunicación frecuente. Sí, otra vez la comunicación. Muchos subestiman lo importante que es, pero entre mayor comunicación hay mayor entendimiento, mejores acuerdos y mejores resultados. Inténtenlo. Pero no esperen que se solucione todo de la noche a la mañana, todo cambio lleva tiempo para hacerse y después para ajustarse al mismo.

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