A menos que vivan debajo de una roca, no les habrá pasado desapercibida la noticia de que Mayra González, actual directora general y presidenta de Nissan México, asumirá el próximo 1° de julio el cargo de directora global de ventas de Nissan Motors en Japón.
Esta es una gran noticia para los mexicanos, las mujeres, y la industria automotriz, y es un ejemplo más para muchas damitas Godínez que sí se puede romper el famoso techo de cristal. Y antes de seguir, vamos por un poco de historia.
El término “techo de cristal” es un concepto acuñado a partir de los estudios de género desde 1986, y es simple y llanamente (aunque no tan simple en la práctica) la barrera invisible que las mujeres tienen que superar para desarrollarse dentro de las organizaciones.
Y esas barreras se presentan desde las entrevistas de trabajo en preguntas poco pertinentes a la posición como: “¿Piensas quedarte embarazada pronto?”, que no tienen nada que ver, pero que se siguen preguntando con el objetivo de saber cuánto tiempo “útil” tendrá esa mujer en la empresa, hasta no ser tomadas en cuenta durante reuniones o proyectos porque pues #mujer, ¿no? Y creo que todas hemos tenido alguna experiencia del estilo dentro de nuestra carrera laboral.
Por eso mismo son tan importantes y significativos los logros como el de Mayra, porque nos siguen poniendo el ejemplo y nos siguen dando esperanza de que el camino existe, y es cuestión de seguirlo pavimentando poco a poco. Porque si creen que el techo de cristal se va a romper solito y les van a ofrecer posiciones de mayor responsabilidad sólo por su bella cara… están muy equivocadas (aunque diiiiiiiiiiicen que hay sus excepciones, como en todo).
La propia Mayra lo dice en el sinnúmero de entrevistas y comentarios que ha dado: el camino no ha sido fácil, ni mucho menos rápido, y al día de hoy siguen presentándose complicaciones, pero llegó hasta la presidencia de Nissan México a base de 3 simples, pero poderosas acciones:
1. “Vencer los miedos”: y para vencerlos, hay que conocerlos y aceptarlos. Si los conocemos, y nos conocemos, podremos saber qué tenemos que hacer, qué tenemos que mejorar, qué tenemos que aprender para vencerlos. Claro, conforme los eliminemos y sigamos creciendo aparecerán otros, pero no habrá ninguno que no se pueda superar.
2. “Entrega resultados”: Mayra lo pone muy sencillo “…esto no es un club social, es una empresa, un mundo corporativo de empresarios y tengo que dar buenos resultados porque es mi carta de presentación…”. Y sí. Sin resultados no hay nada, por más bonita cara que uno tenga, los resultados hablan por sí mismos y son la llave a muchas, muuuuchas puertas.
3. “Ten una red poderosa”: Y no va precisamente por conocer al hijo, al dueño, al mero mero, que obviamente son contactos muy importantes. Pero tan importantes son ellos, como lo son el resto de la compañía, ya estén en Finanzas, Recursos Humanos, Operaciones, Mantenimiento o cualquier área. Todos necesitamos de todos en algún punto, y qué mejor que conocer y que te conozcan, no sólo por quien eres, sino por lo bien que haces tu trabajo.
Los últimos ingredientes para que amarre la fórmula son:
· Autoconocimiento: si no sabes para dónde vas, ni por qué quieres ir hacia allá… ¿para qué lo estás haciendo? ¿Nada más porque sí?
· Disciplina: todos los días, todo el tiempo, hay que ser consistentes y perseverantes. Roma no se hizo en un día.
· Determinación: va junto con pegado del autoconocimiento y la disciplina. Hay que tener claro qué queremos, no importa si algunos detalles no están bien definidos, pero lo general hay que tenerlo, y de ahí, trabajar duro para conseguirlo.
No parece ser tan difícil, y seguramente con la práctica, será más fácil cada día.