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Salvando al Godín del Karoshi

O cómo no morir por exceso de trabajo. | Aniela Cordero

Por
Escrito en OPINIÓN el

Karoshi (karoshi). En Japonés: muerte por exceso de trabajo.

Tal vez hayamos escuchado o leído alguna noticia al respecto, donde hablan del desafortunado fallecimiento de algún joven que de un día para otro cayó muerto antes de llegar al suelo o decidió suicidarse. Una vez que se investiga el asunto, se descubre que llevaba trabajando en exceso desde hacía meses, hasta que el cuerpo decidió no sólo pasar la factura, sino cobrarla.

Según datos de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) al 2016, un trabajador promedio en Japón, labora anualmente 1,713* horas; con registros de más de 100 horas extras mensuales. Estadísticamente no se compara con las 2,255* horas anuales laboradas en México, sin embargo, aquí no se tiene el equivalente del karoshi, todavía. ¿A qué se debe?

Podría deberse a la cultura de trabajo que se maneja en ambos países. En Japón, desde hace varias décadas, el ambiente y cultura laboral son duros, exigentes y sin margen a equivocarse, mientras que en México, tiende a ser más burocrático y con un enfoque hacia la cantidad de horas en la oficina, que a la productividad o a los resultados.

Sin embargo, incluso nosotros los mexicanos, quienes podemos aguantar casi de todo, también tenemos repercusiones de pasar tantas horas en la oficina. Estrés, depresión, cansancio crónico, insomnio, una dieta poco balanceada, sumados a los largos viajes de la casa al trabajo y viceversa, son algunas de las consecuencias de nuestro tren de vida laboral que tendemos a normalizar sin prestarles la atención debida y que terminan en consecuencias aún más graves.

Ya hay iniciativas para combatir y mejorar las condiciones laborales, como oficinas “pet friendly”, espacios abiertos de trabajo, home office, horarios flexibles y actividades dentro de la misma oficina que nos permiten relajarnos o al menos despejarnos y tener un estado mental más enfocado. Pero si no nos permitimos a nosotros mismos separarnos del trabajo y darle a cada cosa su lugar y su tiempo, vamos a sacrificar algo más que nuestra salud.

Es importante que seamos disciplinados incluso con nuestro trabajo y que aprendamos a ser más eficientes y productivos. El trabajo es lo que nos permite tener la vida que llevamos en muchos casos, en otros, es lo que nos permite sobrevivir día a día. Pero de cualquier modo, no es algo por lo que tengamos que sacrificar no sólo nuestra salud, sino la vida.

Salvando al Godín de un golpe crítico a su autoestima

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