Main logo

Salvando al Godín del aburrimiento

¿Qué es el boreout? | Aniela Cordero

Por
Escrito en OPINIÓN el

Sí, leyeron bien b-o-r-e-o-u-t. Parecido al burnout, pero no es igual. Mientras que el burnout está relacionado a largas jornadas de trabajo, un desbalance entre la vida personal y la profesional, y el embellecimiento de tener exceso de trabajo, el boreout está relacionado con el aburrimiento de nuestro trabajo, a tal punto de no encontrarle sentido, sentir que nuestro trabajo no vale para nada y no tiene caso seguir trabajando.

Aunque son diferentes, llegan a tener consecuencias similares en la salud de sus víctimas, y ambos pueden observarse en el porcentaje de rotación de las compañías. Para poder atacarlo y prevenirlo, necesitamos conocer no solamente los síntomas, sino las causas. En una realidad donde poco a poco se prioriza la salud mental y se pone mayor atención en el salario emocional de los colaboradores, el boreout podría recibir la misma atención que otros problemas de salud.

El boreout lo podríamos definir como aburrimiento crónico. Algunos de los factores que lo causan son: trabajar en un entorno físico desmoralizante o sentirse subestimado por largos periodos de tiempo, pero la causa principal es el sin sentido del trabajo; sentir que nuestro trabajo y lo que hacemos no tiene propósito, que no tiene valor.

Este fenómeno no es exclusivo de una sola industria, se puede observar desde trabajadores en tiendas de retail que pasan horas sin hacer nada esperando clientes, conductores de transporte que tienen que esperar horas a tener pasaje, o ingenieros en Silicon Valley corriendo códigos una y otra vez.

Hay tres aspectos principales que se pueden observar en quienes sufren de boreout: estar terriblemente aburrido, tener una crisis de crecimiento profesional, y tener una crisis del sentido de nuestro trabajo.

Y claro, todos podremos preguntarnos, pero ¿quién no se aburre en la chamba? La respuesta es: todos. Todos nos hemos aburrido en algún punto, pero recuperamos nuestras ganas y nuestra motivación y le seguimos dando. El problema llega cuando ese aburrimiento llega en lunes y se queda toda la semana, y todo el mes, y sin que nos demos cuenta, todo el año. Llegados a este punto, es necesario reconocer el problema y encontrar una solución. De lo contrario, pueden incrementarse nuestros niveles de estrés, empeorar nuestro estado de salud, y aumentar las tasas de rotación y de retiro temprano de los empleados.

¿Y cómo nos des-aburrimos? ¿Hay algo que podamos hacer? Claro que lo hay, pero como todo en esta vida, no es fácil, sobre todo porque para cuando ya lo hemos identificado, llevamos largo rato sufriendo de este aburrimiento crónico. No es algo que pueda hablarse tan fácilmente con Recursos Humanos, puesto que en las organizaciones generalmente se recompensan las conductas que nos llevan al burnout (exceso de trabajo y un drive de miedo), mientras que el boreout se refleja en holgazanería, falta de interés y falta de motivación. Y generalmente son tabúes todavía.

Algunos curitas para el boreout son el hacer actividades dentro nuestro trabajo que nos gusten o que nos despierten un poco más de interés que las demás. El truco está en tener las ganas de buscar estas actividades, y querer hacerlas. Parece un ciclo sin fin. Aunque lo que realmente pasa es que mientras un boreout trabaja, buscará distraerse comprando, distrayéndose con redes sociales y quizzes para saber qué tipo de pozole somos, platicando con colegas, o planeando las siguientes vacaciones, no precisamente por flojera o procrastinación, sino como mecanismos de defensa y de adaptación.

Entonces lo que necesitamos es un cambio de paradigma. Pensar en el bienestar del colaborador más allá de los términos de estrés y burnout. Y para esto, quien le da sentido y significado al trabajo no es solamente responsabilidad del empleado, sino de la empresa y del equipo de líderes. Es responsabilidad de ellos el construir una cultura laboral que le dé valor y sentido a todos los que trabajan ahí.

Dejando el boreout de lado, sabemos que hay trabajos que son lo menos estimulante, retador y animado del planeta; pero aunque tengamos el trabajo más monótono y aburrido del mundo, hay factores laborales que ayudan; como tener buenos amigos en la oficina, sentirse apreciados por el equipo o tener actividades recreativas y de integración. El poder prevenir el boreout, también recae en nuestros líderes y en su capacidad de poder transmitir la importancia de cada integrante del grupo.

Hoy más que nunca, es necesario hablar de este síndrome. Gracias a la pandemia, muchos profesionales se han planteado una evaluación de sus decisiones y desarrollo profesional. Potenciado por las interminables juntas de zoom en las mismas cuatro paredes durante el último año y medio. Y es un factor más para que las compañías puedan re imaginar y re pensar la filosofía empresarial y las políticas de salud.

No se sabe si alguna vez habrá un modo de averiguar que es lo mejor que funciona para cada uno de nosotros fuera del ensayo y el error, pero vale la pena equivocarse hasta encontrar aquello que nos hará felices.

¡Hasta el siguiente sábado!