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Salvando al Godín de un año más

Tenemos una nueva oportunidad de hacer todo lo que queramos, de disfrutar nuevos momentos, también es un año donde tenemos que caminar con cuidado. | Aniela Cordero

Por
Escrito en OPINIÓN el

Se acabó el 2020, por fin. Después de muchas dificultades, de mucha incertidumbre, de mucha frustración y mucho encierro. Fue un año difícil, por decir poco, pero también fue un año de oportunidades, de aprendizaje, de mucha reflexión. Y este nuevo año hay que mantenernos con los pies bien puestos en la tierra más que nunca. 

A dos días de empezar el 2021, quiero darles las gracias por haberme acompañado un año más leyendo esta, nuestra columna. Gracias también, por seguir al pie del cañón con chamba o sin ella, pensando y ocupándose en ver cómo traer la chuleta a casa en tiempos tan inciertos. Por encontrar siempre algo de qué reírnos, de qué opinar, de lo que debemos investigar más. 

Esta vez no les voy a decir que viene un año lleno de flores, colores y unicornios llenos de oportunidades para todos. Esta vez les digo que si bien tenemos una nueva oportunidad de hacer todo lo que queramos, de disfrutar nuevos momentos, también es un año donde tenemos que caminar con cuidado. Sin olvidar lo aprendido y todavía sobándonos los trancazos del 2020, con una mano abierta y la otra cerrada en un puño, para tomar de buena gana lo que el 2021 nos de, y para defendernos de los nuevos trancazos que nos quiera meter. 

Disfrutemos estos días de tranquilidad, de flojera, de desconectarnos. Y empecemos a prepararnos para dar batalla y dar lo mejor de nosotros en este año. No será fácil, pero ya no nos agarrarán desprevenidos, ya somos los amos y señores de cualquier plataforma de videoconferencias, vivimos y mandamos en la nube y todos sus archivos, y ya tenemos una rutina un poco mejor establecida, incluso si nos arreglamos sólo de la cintura para arriba los 3 días a la semana que nos verán a través de la computadora. 

Espero que las fiestas las hayan pasado lo mejor posible y que no hayan tenido lugares vacíos en la mesa, y si desafortunadamente es el caso, les mando un abrazo con mucho cariño y mucha fuerza, ustedes decidirán para qué, pero yo se las mando. ¡Hasta nunca, 2020! Y ahora sí agárrate 2021, que viene la nuestra. 

¡Nos vemos el próximo sábado! 

Y espero que hayan terminado con el recalentado para entonces.