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Ruleta rusa o trumpismo

En los próximos meses o años, se espera que se desaten guerras comerciales y de divisas.

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Escrito en OPINIÓN el

El hecho central de la jornada electoral en los Estados Unidos, no es que un magnate inmobiliario y estrella de los reality shows, que nunca fue elegido para cargo público alguno, sea el próximo inquilino de la Casa Blanca, sino la enorme diferencia que mostraron durante sus discursos ambos candidatos: la demócrata Hillary Clinton y Donald Trump, y sus probables consecuencias.

 

Con el lema “Make America great again!”, algo así como “Hacer a América grande de nuevo”, Trump está decidido a rechazar acuerdos de comercio e instituciones multilaterales, adoptando una línea mucho más dura respecto de la migración ilegal, y a modificar el esquema de alianzas de seguridad y defensa de su país, ese fue su discurso durante año y medio, mismo que lo ha llevado a ser el Presidente 45 de los Estados Unidos, un discurso que busca devolver el orgullo nacional estadounidense y con el que mostró una excesiva soberbia en sus mítines.

 

El riesgo de tener a un Presidente Trump es precisamente esa soberbia y ese orgullo que busca devolverle a su nación, y que sus seguidores aprueban.

 

Recordemos, el magnate Donald Tump declaró el 27 de abril de este año durante un evento de campaña que quiere que EEUU sea “predeciblemente impredecible”, pero también aclaró que no abandonará su posición básica, la cual permeará su Gobierno: “Estados Unidos primero”. Los aliados tendrán que pagar más a cambio de su defensa. Y pueden esperar duras medidas de su Gobierno si mantuvieran por mucho tiempo un gran superávit comercial bilateral con Estados Unidos.

 

Si el Gobierno de Trump intenta anular el NAFTA, Canadá y México tendrán que hacer causa común. Si decide descartar el Acuerdo Transpacífico (TTP, por sus siglas en inglés) con 12 economías de Asia y el Pacífico, estos países, tal vez liderados por Japón, deben estar listos para seguir con el acuerdo o algo parecido, entre ellos.

 

Algo similar puede aplicarse a Europa. Los miembros de la Unión Europea y la OTAN deben prepararse para estar unidos y evitar así que Trump los maneje a su antojo en asuntos relacionados con el comercio o la seguridad. Tal vez eso implique gastar más en su propia defensa y así acelerar una Constitución política para los miembros de la Eurozona que dé pie a algo así como los “Estados Unidos de Europa”, lo que abriría la oportunidad para crear su propio ejército, liderado, virtualmente, por Alemania.

 

En los próximos meses o años, se espera que se desaten guerras comerciales y de divisas, y se supone que históricas alianzas defensivas se abandonen o estén en riesgo, ya que la solidaridad regional estará por encima de viejas enemistades y de las fuerzas de la fragmentación. Los amigos y aliados de Estados Unidos se preparan ahora para un probable Estados Unidos menos amistoso con Trump al frente.

 

@plumavertical 

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