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Ritual autoritario

Durante los próximos días el FCM debe concretar los acuerdos para resolver en unidad el método de selección de sus candidatos

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Escrito en OPINIÓN el

Finalmente se corrió el velo, se reveló el secreto mejor guardado por el presidente de la República y conocimos al tapado. Como en los viejos tiempos, se puso en marcha toda la maquinaria del poder presidencial para preparar la ceremonia de consagración en la que el presidente – fiel a la liturgia – crea por dedazo al candidato a sucederlo, lo destapa siguiendo el rito que oficializa su decisión unipersonal e inapelable y le transfiere por infusión toda la fuerza y las virtudes necesarias para convertirse en el garante de los intereses del grupo en el poder así como en el nuevo faro que iluminará y guiará el destino nacional.


El ritual tiene su valor y significado, especialmente ante la desaprobación de la figura presidencial y el rechazo abrumador al PRI. El destape busca purificar todo lo malo que ha sucedido alrededor del grupo en el poder y dar esperanza a una sociedad lastimada y enojada por los abusos de la clase política. Esta mezcla de purificación y esperanza tiene, entre otros, efectos colaterales como el de hacer las veces de un somnífero que ayude a no sentir la tragedia ni la profunda crisis que vive el país a causa de la corrupción, la inseguridad y la desigualdad social; someter a la clase política priísta, que no acaba de digerir que su próximo líder no pertenece a su propio partido; y, por último, despertar ilusiones entre ciudadanos desencantados con la democracia y que apoyan en más del 70% la idea de cambio.

Los reacomodos y la cargada en torno a José Antonio Meade confirman la apuesta por la continuidad del grupo en el poder y el apoyo a una agenda de impunidad que va más allá del perfil de candidato".

Sólo de esta manera se entiende el silencio cómplice de diversos actores y el respaldo de todos los sectores del partido, hasta hace poco renuentes y demandantes de espacios y métodos democráticos para la selección de su candidato.

A diferencia del pasado en que el candidato del PRI se convertía de facto en el Presidente, hoy el partido oficialista y sus aliados sólo están eligiendo al candidato, no al presidente de la República. Habrá que esperar al desenlace de las precampañas y campañas políticas de las elecciones más grandes y competidas en la historia de nuestra democracia.


Por lo que se ve venir, al arranque de la contienda habrá tres grandes fuerzas aliancistas que disputarán la bandera de continuidad o cambio, además de los candidatos independientes que logren reunir las firmas para aparecer en la boleta. Un 30% de indecisos habrán de definir si participan o no y el sentido de su voto, por lo que se convertirán en el fiel de la balanza. 


Respecto a la agenda de propuestas y debates, se puede anticipar que girarán en torno a los temas de seguridad, transparencia, crecimiento económico y la inclusión social".

Es previsible que muchas de estas propuestas sean muy parecidas, por lo que el verdadero factor diferenciador estará en la capacidad para inspirar confianza y para garantizar los cambios que necesita el país, lo que supone una extraordinaria disposición para sumar aliados y para ganar el centro político.


Ante el mimetismo del PRI y el rupturismo de Morena, el Frente Ciudadano por México (FCM) estará obligado a ganar la confianza de los ciudadanos a fin de impulsar el cambio de régimen a partir de la integración de un gobierno de coalición y a reunir el respaldo de una mayoría estable en el Congreso a fin de sacar adelante las reformas que den sustento al combate frontal y eficaz en contra de la corrupción, la desigualdad y la inseguridad.


Por lo pronto, durante los próximos días el FCM debe concretar los acuerdos para resolver en unidad el método de selección de sus candidatos así como los arreglos locales para integrar una coalición total. A juzgar por las declaraciones de los líderes del Frente, se puede anticipar que no habrá designación ni dedazo para elegir al candidato presidencial y que sí habrá un método que fortalezca y legitime a quien habrá de encabezarlo.


Es posible afirmar que a pesar de la fuerte oposición para impedir la consolidación del Frente y las tensiones que se han generado en torno a los métodos de selección de candidatos, el llamado Frente Ciudadano por México será una verdadera alternativa para enfrentar con éxito al candidato de la continuidad del gobierno y su partido, así como al candidato de la ruptura populista que representa Morena.

@MarcoAdame | @OpinionLSR | @lasillarota