¿Cómo evaluar la pertinencia y relevancia de un instrumento de participación política como la Revocación de Mandato?
Este procedimiento de democracia participativa se elevó a rango constitucional con la idea de que el pueblo es el soberano, el que pone y quita, y el que siempre debe mantener en sus manos las riendas del poder. Siete países además de México tienen la figura de revocación de mandato: Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú, Panamá, Venezuela, todos con diferencias entre sí.
“En lo sucesivo, nadie podrá confiar en que fue electo por seis años y que, aunque se porte mal, y el pueblo lo rechace, se le tiene que soportar hasta el final de su período, con todo y el daño que pueda ocasionar en la vida pública”.
Como bien lo dice el presidente López Obrador, “nadie, en ningún nivel de la escala social, económica o política se podrá sentir todopoderoso y dueño de un poder absoluto”.
Esta reforma constitucional y la de quitar el fuero al presidente, que antes sólo podía ser juzgado por traición a la patria, bastarían para considerar al presidente Andrés Manuel López Obrador como un estadista que ha sentado las bases para la Cuarta Transformación de México.
El cambio se ha dado, a través de un proceso de pedagogía política, de concientización continuo con hechos, no palabras. Hasta el momento son muchas las acciones y decisiones que ésta administración ha tomado por el bien del pueblo mexicano y de la nación.
¿Qué habría sido de nuestro país en los últimos 36 años si la revocación de mandato se hubiera presentado en tiempo y forma como lo marca la ley?
Entre muchos otros aspectos, habríamos terminado a tiempo, con la política de pillaje llamada neoliberal consagrado a facilitar la corrupción muy lejos del bienestar del pueblo “toda su actividad consistía en privatizar y en hacer jugosos negocios al amparo del poder público con una serie de reformas a la Constitución y a las leyes para transferir bienes de la nación a particulares” (“A la Mitad del camino”, Andrés Manuel López Obrador).
Se habría evitado la promesa incumplida de una vida mejor para las mayorías, el gatopardismo, que consiste en que las cosas en apariencia cambian para continuar exactamente como estaban.
Habríamos evitado una educación mercantilista y doctrinaria, el afán de lucro y el aspirasionismo por triunfar a toda costa, al precio que sea y sin escrúpulos morales de ninguna índole, con la manipulación de casi todos los medios de comunicación.
Habríamos desterrado vicios y prácticas deshonestas en el manejo del Gobierno, se habría evitado la entrega de bienes nacionales a particulares y empresas extranjeras con el poder judicial también alineado a los propósitos privatizadores, para proteger negocios privados en detrimento de los negocios públicos.
Habríamos evitado el robo de los bienes del pueblo, y de las riquezas de la nación, así como el aumento exponencial de la violencia e inseguridad con origen en la llamada Guerra contra el narco (en los tres gobiernos anteriores, Fox, Calderón y Peña Nieto, se registraron alrededor de 300 mil muertes violentas).
Se habría evitado el fracaso de los programas sociales de los gobiernos de Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto, léase Solidaridad, Progresa, Oportunidades y Prospera que fueron sólo paliativos contra la pobreza, mecanismos de control y manipulación con fines electorales. Habríamos evitado tantos fracasos más.
Hoy la propuesta implica evaluar la administración del Gobierno del presidente López Obrador; ...al margen de filias y fobias, que cada quien decida en libertad.
La cita es el próximo domingo 10 de abril, México está convocado a las urnas para decidir si continúa o no el presidente López Obrador en funciones a partir de una pérdida de confianza o no, y terminar entonces con el cargo para el que fue electo originalmente.
En un futuro, los traidores a la patria sólo durarán si acaso 3 años; y este será uno de los mejores legados de AMLO.
Nos espera la Consulta de Revocación de Mandato, una herramienta más para fortalecer nuestra democracia.
¡Infórmate, involúcrate! ¡No nos quedemos sin participar! ¡México ya cambió!