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Una vez que pase la pandemia, habrá que exigir la aplicación de responsabilidades políticas y penales. | José Luis Castillejos

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Escrito en OPINIÓN el

Una vez que pase la pandemia del Coronavirus -que tiene en jaque a las autoridades de Salud- habrá que exigir la aplicación de responsabilidades políticas y penales contra los que no aplicaron las medidas sanitarias para contener este flagelo.

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador deberá asumir las consecuencias de abrir su espacio aéreo a vuelos provenientes de Europa tras la decisión, sin precedentes, de Estados Unidos de cancelar el ingreso de naves a su territorio.

Pese a que la administración de Donald Trump anunció que durante 30 días se cancelaban todos los viajes entre Estados Unidos y Europa, excepto los vuelos del Reino Unido, AMLO obvió eso y decidió que México abriría sus fronteras.

Una vez que comenzó a escalar el problema que está en fase dos, el secretario de Educación, Esteban Moctezuma anunció la suspensión de clases del 20 de marzo al 20 de abril para atenuar el impacto.

La realidad es una sola: México no tiene suficientes medicamentos ni camas en los hospitales para atender a miles de pacientes en caso escale el Coronavirus.

La preocupación del sector turístico es que ya se está en víspera de la temporada vacacional y esperan la llegada de turistas de diversas partes del mundo.

¿Pero qué hacer ante el alud humano? Los aeropuertos, zonas de playa y áreas arqueológicas estarán atiborrados de visitantes y, con ello, la posibilidad de que el coronavirus gane terreno.

La actual es una emergencia de salud más allá de privilegiar el turismo.

Urge tomar conciencia y hay que cancelar eventos. De que habrá un impacto en la economía, sin dudarlo, pero es mejor ello a que haya una mortandad de mexicanos por el capricho de no querer parar una temporada las actividades.

Por lo pronto ya se ven escenas en supermercados de compras de pánico que en nada ayuda. Lo que hay que hacer es tener una mayor conciencia sobre este problema y el gobierno debería actuar de manera más estricta y aplicar sus protocolos para casos de esta naturaleza.

El gobierno de López Obrador estima que con sólo mandar a los estudiantes a sus casas, pero sin cerrar fronteras ni suspender temporalmente actividades, el problema está casi resuelto y no es así.

En los próximos días veremos a millones de personas en zonas de playa, ríos, balnearios sin medidas de seguridad y en momentos de emergencia sanitaria.

Ese valemadrismo podría pasarnos la factura a muy corto plazo.

Hay que actuar con responsabilidad. La suspensión de clases no es suficiente.

Lo urgente es ejercer mayor control en los aeropuertos y poner en vigilancia a los turistas que ingresen pero como lo que interesa al gobierno es “demostrar” que aquí no pasa nada y que en México el coronavirus no entrará con fuerza pues habrá que esperar.

Obviamente si esto se sale de control habrá que aplicar severas sanciones políticas y penales contra quienes no tuvieron el tino de tomar las medidas preventivas del caso.

Lo único seguro es que la economía se verá diezmada y por tanto cada familia deberá analizar cuál será su plan de contingencia financiera para afrontar el futuro inmediato.

La Organización Mundial de la Salud ha declarado al brote de coronavirus como una “pandemia global”. Tras ello, en Estados Unidos se han registrado compras de pánico.

En México aunque la gente quiera almacenar alimentos no puede por una razón muy simple: la mayor parte de sus habitantes son pobres y apenas tienen para pasar el día.