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Responder en una entrevista sin morir en el intento

Pensemos dos segundos en lo que nos están preguntando, en cómo y para qué les va a servir esa información. | Aniela Cordero Henríquez

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Escrito en OPINIÓN el

Todos hemos pasado por el proceso muchas veces tedioso y lento de participar en un proceso de reclutamiento. El por qué es lento y tedioso se debe a muchos factores propios de las empresas que no tienen las mejores prácticas al respecto, pero de eso hablaremos en otra ocasión.

Entonces: uno de los momentos más estresantes es el estar frente a frente con el entrevistador y que nos haga preguntas para las que tengamos que pensar una respuesta diferente a las aprendidas de memoria. Porque está claro que muchas preguntas se repiten y damos la misma respuesta cada vez. Por ejemplo, cuando nos piden que les contemos de nosotros y nuestra respuesta es repetir la información que viene en el currículum, sin agregar algo de valor. Pues eso es justo lo que no debemos de hacer. O cuando nos piden que les contemos una situación donde hayamos tenido que liderar al equipo o mostrar dotes de liderazgo… contamos la misma anécdota de cómo salvamos al equipo de caer de la gracia del jefe, pero siempre en la misma situación y en el mismo contexto.  

¿Dónde está el valor agregado? ¿Dónde está lo que nos hace únicos y diferentes? En todo lo que no le decimos al entrevistador o en las respuestas que probablemente ha escuchado de los tres candidatos anteriores a nosotros. Muchas veces sólo tenemos esa oportunidad para dejar una buena y duradera impresión en el reclutador antes de ser descartados, en el mejor de los casos, con un correo de “gracias por participar”, y en el peor y más común, siendo ignorados sistemáticamente.

No digo que tengamos que contar un choro mareador para cada pregunta, o que nuestras respuestas sean monosilábicas, sino que pensemos dos segundos en lo que nos están preguntando, en cómo y para qué les va a servir esa información, y en cómo la podemos compartir para tener el mayor impacto y mayor asertividad. Y para eso… tenemos que poner un poco más de nuestra parte en el proceso.

Paso número UNO

Tenemos que buscar a la compañía que nos está entrevistando (en el caso de que sea cliente final, si es un headhunter… está un poco más difícil pero siempre se puede saber el giro de la empresa). ¿Por qué? Qué flojera… PUES NO. Si sabemos quién está interesado en nuestro perfil, podemos preparar mejor nuestra información y pensar en habilidades, conocimientos o experiencias relevantes que puedan ser de interés.

Paso número DOS

Revisar bien el perfil de la vacante para la que nos postulamos o nos están buscando. Porque muchas veces nos aventamos como niño héroe y ni sabemos a qué posición vamos o para qué nos quieren. Si sabemos todo eso, podemos detallar nuestras responsabilidades y nuestras funciones de manera que empaten con lo que están buscando en los candidatos y podemos agregar información que le dé más valor a nuestra experiencia.

Paso número TRES

Después de tener las dos piezas de información para presentarnos a nuestra entrevista, tenemos que pensar rápido durante la misma y no decir lo primero que se nos venga a la mente con tal de llenar el silencio y contestar. Hay que tomarnos unos segundos para pensar en la pregunta y otros tantos para pensar en la mejor respuesta que sea al mismo tiempo sencilla, concisa y que dé la información necesaria de nuestra persona.

La clave: información

Si quieren un ejemplo específico a su área pueden preguntarme, pero creo que está bastante claro que lo que necesitamos para tener una buena entrevista es información. Sólo así podremos ajustar nuestro perfil en las ventajas y en las áreas de oportunidad para lo que están buscando, y no seremos el cuarto candidato que se aprendió el mismo discurso de memoria.

Salvando al Godín… de sí mismo

@Ancoren  | @OpinionLSR | @lasillarota