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Relevos en el Tribunal Electoral

El mes de abril resulta particularmente relevante para el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

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Escrito en OPINIÓN el

El 20 de abril culmina en su encargo el presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. En pleno proceso electoral y ya iniciadas las campañas electorales, hay dos temas de la mayor trascendencia que aún no se han resuelto: El nombramiento de la persona que colmará la vacante del magistrado Luna Ramos y además, la elección del presidente del máximo órgano jurisdiccional en materia electoral en el país.

 

A la convocatoria para ocupar este cargo se inscribieron 5 candidatos, ninguna mujer. Tres de ellos actualmente trabajan en distintas ponencias de los magistrados que integran la Sala Superior del Tribunal Electoral y dos más, un juez de paz y un magistrado de un Tribunal Colegiado de Circuito.

 

El periodo del encargo del magistrado que se nombre será del 20 de abril de 2015 al 4 de noviembre de 2016. Los candidatos, de conformidad con la convocatoria, presentaron los documentos que acreditaron el cumplimiento de los requisitos y comparecieron ante los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

 

El 10 de marzo, en sesión pública, la Corte aprobó la terna de candidatos y su remisión al Senado. Ese mismo día, el Pleno del Senado tuvo conocimiento de la terna enviada por la Suprema Corte para ocupar el cargo de magistrado de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, la cual fue remitida a la Comisión de Justicia.

 

De conformidad con las reglas aprobadas por dicha comisión, los integrantes de la terna presentaron los documentos que avalan el cumplimiento de los requisitos exigidos para ocupar el cargo y comparecieron ante sus integrantes. Una vez culminada esta etapa, la comisión remitiría al Pleno el dictamen de elegibilidad de los candidatos. En este dictamen se señala que los tres candidatos cumplen con los requisitos para ser nombrado magistrado de la Sala Superior del Tribunal del Poder Judicial de la Federación.

 

De conformidad con el artículo 198 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación del Senado, dentro de los quince días siguientes a la recepción de la propuesta, debe elegir al magistrado por el voto de las dos terceras partes de sus integrantes presentes en el Pleno. Ni la fecha de las comparecencias prevista en el acuerdo de la comisión competente fue respetada ni el plazo previsto por la Ley fue cumplido por el Senado.

 

Como es costumbre, nuestros legisladores se tomaron el plazo previsto en la Ley, como un llamado a misa. El 31 de marzo se venció el plazo para la elección del magistrado que integrará la Sala Superior hasta el año que entra. Los señalamientos son los de siempre. Los partidos políticos y los legisladores en lo individual buscan nombrar a quienes beneficien a sus intereses partidistas y proyectos personales, desdeñando la trayectoria de los aspirantes.

 

Los cuestionamientos respecto a la forma de reunir los votos necesarios para este nombramiento pasan por los favores y negociaciones entre los partidos. En el caso de los nombramientos, con el acuerdo de que en un nombramiento posterior, se votará por el candidato del partido que ahora comprometió sus votos para lograr la mayoría requerida. Ya tendremos noticia de los acuerdos a los que llegaron los partidos con los próximos nombramientos que se realicen en el corto plazo.

 

Durante esta semana, el dictamen de elegibilidad de la terna remitida por la Corte ha estado enlistado en el orden del día de la sesión pública del Senado en tres sesiones consecutivas y ha sido retirado en dos. Al momento de la redacción de esta columna, no hay humo blanco respecto de la elección del magistrado que integrará ese tribunal.

 

Ante la tardanza e incumplimiento del Legislativo, existen formas en las que puede cubrirse, a partir del 20 de abril, la vacante que se generará en ese tribunal. Lo realmente preocupante, es la forma en la que los partidos políticos "negocian" y retrasan esos nombramientos y el daño institucional que provocan a los órganos a los que se integran las personas recientemente nombrados.

 

Quizá deba pensarse en una forma distinta de nombrar determinados funcionarios públicos, de verificar el cumplimiento de los requisitos o de los procedimientos por los que se llevan a cabo.La tardanza del legislativo, si bien no tiene nada que ver con la elección del magistrado que será nombrado presidente por sus pares, sí complica esta designación.

 

A mitad de las campañas electorales, los magistrados integrantes de la Sala Superior deberán nombrar, entre seis o siete magistrados, al nuevo presidente del tribunal. La votación debe llevarse a cabo en sesión pública. El nuevo presidente deberá reunir la mayoría de votos. La votación se llevará a cabo en la forma en la que los magistrados decidan realizarla: verbalmente o por cédula.

 

El mes de abril resulta particularmente relevante para el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Su integración y estructura se verán modificadas. A la mitad del proceso electoral, resultan especialmente delicadas las determinaciones que incidan en la máxima autoridad en materia electoral. Esperemos que las decisiones que deban tomarse, tengan como premisa el fortalecimiento y consolidación de las instituciones en nuestro país.

 

@C_Humphrey_J