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Relación EU-México, ¿la tormenta que se avecina?

A escasas semanas de la visita de Kamala Harris al país, el presidente sigue mandando señales encontradas. | Romina Román

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Escrito en OPINIÓN el

La relación entre México y Estados Unidos se complicará todavía más en los próximos días. A escasas tres semanas de la visita de Kamala Harris al país, el presidente Andrés Manuel López Obrador sigue mandando señales encontradas y poco claras de lo que espera de su principal socio comercial. Incluso, ya iniciaron las sanciones en cascada para México en temas energéticos, comerciales, laborales y ambientales.

López Obrador insistirá en la idea de regresar a las energías sucias, política de la que está en contra el presidente Biden y ahí, el Congreso y los empresarios estadounidenses no quitarán el dedo del renglón. Por lo pronto, se espera el endurecimiento de sanciones.

La primera ya inició. Se trata de un embargo camaronero ante la insuficiente vigilancia de México para proteger a las tortugas marinas a las que matan para consumo de su carne y México tiene tres cuartas partes de todas las especies del quelonio desovando en el país. La molestia de Estados Unidos es que se capturan de manera indiscriminada en redes junto con la pesca del camarón.

Otra sanción fuerte que se avecina es por la cercana extinción de la vaquita marina. De acuerdo con el último informe del Comité Internacional para la Recuperación, quedan alrededor de 10 ejemplares de este mamífero marino, por lo que los ambientalistas y congresistas estadounidenses buscarán la adopción de medidas más estrictas por parte de México para la preservación de esta especie.

Además de las posturas divergentes en materia ambiental, también hay controversias importantes comerciales, energéticas y laborales en donde se anticipa una cascada de demandas por parte de empresas estadounidenses por posibles violaciones por parte de México al Tratado de Libre Comercio (T-MEC).  Por si fuera poco, ya se preparan otras más para la resolución de mecanismos de controversias al amparo del acuerdo trilateral.

Las principales quejas en materia energética y comercial se centran en el incumplimiento de acuerdos, en retrocesos de los derechos de propiedad y de licitaciones que ya habían ganado compañías extranjeras, principalmente.

Nos adelantan que si bien el primer tema que ya se puso en la agenda durante la visita del próximo 8 de junio –dos días después de las elecciones– es sin duda el migratorio, incluso, se llegará con la convicción de que el gobierno del presidente López Obrador apoye las medidas para detener el flujo que proviene de Centroamérica, esto, obviamente a cambio de más vacunas.

Aunque el mandatario mexicano seguirá insistiendo en que Estados Unidos apoye con recursos a los programas de Sembrando Vidas y Jóvenes Construyendo el futuro, el homólogo norteamericano continuará optando por frenar el paso de migrantes, por lo que se prevé difícil que logre un espaldarazo o algún financiamiento por parte del vecino país del norte.

Esta visión tan disímbola entre los mandatarios, generó que el presidente López Obrador no deje de enviar señales encontradas y de cierta confrontación que si bien para muchos podrían ser hasta imperceptibles, para los estadounidenses no lo son tanto: en la reciente reunión remota con la vicepresidenta Harris, el Jefe del Ejecutivo hizo visible a sus espaldas un bronce de Francisco Villa a caballo que a simple vista parecería un homenaje al caudillo, pero hay quienes le dieron otra lectura que relacionan con un recuerdo de la incursión mexicana en Columbus, Estados Unidos en 1916 y que provocó la invasión norteamericana en territorio nacional. La pregunta es ¿habiendo tantas efemérides para destacar la unión de ambas naciones, ¿por qué se optó por elegir una figura que les evoca un incidente armado?. Hasta aquí queda la pregunta,

Así las cosas…