Si todas esas personas conformaran un país, sería el 26º más poblado de la tierra.
Esta cifra ha aumentado en los últimos años; en 1989 el número de desplazados en el mundo era de 33.6 millones, lo que implica un incremento de casi el 40% de personas desplazadas por razones ajenas a su voluntad, en un periodo un poco mayor a 20 años. Destaca el informe que el número de refugiados que hay en la actualidad, supera por primera vez los 50 millones desde la Segunda Guerra Mundial.
El disparo en las cifras sobre desplazados en el mundo, se debe principalmente a los conflictos armados en África y Medio Oriente, como es el caso de la guerra civil en Siria, en donde se provocó en el periodo de un año que 2.5 millones de personas se convirtieran en refugiados y 6.5 millones se desplazaran internamente. Otros conflictos armados que han ocasionado el desplazamiento involuntario de personas han sido: Afganistán, República Centro Africana, República Democrática del Congo, Eritrea, Somalia, Sudán y Colombia. Éste último país aportó a la cifra global, aproximadamente 400 mil personas. Por otro lado, los principales países receptores de desplazados y refugiados son: Pakistán, Irán, Líbano, Jordania, Turquía, Etiopía y Estados Unidos.
ACNUR divide en tres los grupos de desplazados: refugiados, solicitantes de asilo y desplazados internos. Cada una de estas categorías guarda diferencias esenciales. En el caso de los refugiados (16.7 millones), son aquellas personas que por estar su vida, seguridad, libertad o integridad en peligro, por consideraciones de raza, religión nacionalidad, género, opiniones políticas, violencia generalizada y algunas otras causas, deben de huir de su país a otro.
Los solicitantes de asilo (1.1 millones), son aquellas personas que habiendo huido de su país, ejercen el derecho de solicitar la protección de un tercer país, para que se les reconozca la condición de refugiados y se les otorgue la consecuente protección. Es decir, aquellos que solicitan el asilo, son de hecho refugiados (la diferencia con el asilo político, es que éste no es un derecho fundamental, sino una potestad soberana del Estado otorgarlo, como el caso de Julian Assange en la Embajada de Ecuador ante el Reino Unido).
El grupo más nutrido de desplazados, es el denominado desplazados internos (33.3 millones). Este es el tipo más difícil de desplazados de cuantificar y de ubicar, en tanto que se trata de personas que, por las mismas razones (peligro a la vida, seguridad, integridad o libertad) huyen de sus casas y, sin embargo, no cruzan frontera política alguna. Pueden ser personas que se desplazan de un Estado o entidad a otra, o cambian de domicilio por miedo e inseguridad. La nota distintiva en el caso es la falta de voluntad.
Finalmente, un dato que es grave en sí mismo, es el número de niños migrantes no acompañados o separados. ACNUR estima que para el año 2013 25 mil niños pidieron asilo, sin ser acompañados por sus padres o por un adulto encargado.
El grave y humanitario problema de los desplazados y refugiados, debe de ser resuelto de forma integral y duradera. La primera de las soluciones, consiste en la repatriación voluntaria, la integración local o el reasentamiento en terceros países. Lo que implica la asimilación cultural y social en una nueva sociedad para la persona desplazada.
Si miramos únicamente las cifras, tal vez reflejen un gran número de personas (y niños) que deben de huir de sus hogares y de sus países por razones de seguridad. Pero es necesario pensar en que se trata de personas con ideales y proyectos de vida que de súbito y sin más, son interrumpidos por causas ajenas a su voluntad; se desintegran familias y vidas completas.
Por eso es importante, en el Día Mundial de los Refugiados (20 de junio), hacer honor a la labor que lleva a cabo la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados y, sobre todo, pensar en que como humanidad no vamos del todo bien, si más de 50 millones de personas han necesitado desplazarse de sus hogares y su tierra, para proteger su vida y la de sus familias.