La consolidación de la Cuarta Transformación es el mejor regalo que podemos darles a nuestra niñez en México.
Darles un futuro más digno en su patria, sin duda debe ser lo más importante en la agenda de la transformación; y esto incluye la reforma electoral propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
El proyecto pasa por incluir cambios radicales en 18 artículos de la Constitución para llevar a cabo la destitución del Instituto Nacional Electoral por el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC), y el pueblo será quien elija a los consejeros electorales y a los magistrados de manera directa.
Otro de los objetivos planteados es el ahorro presupuestario estimado en 24 mil millones de pesos; lo cual pasa por concentrar en la federación las elecciones para desaparecer los órganos electorales autónomos en los 32 estados de la República que fueron creados para organizar los comicios estatales.
Con esto el INEC se convertiría en la única autoridad en organizar todos los procesos electorales del país, federales y locales, así como consultas populares y de revocación de mandato.
La Cámara de Diputados pasaría de tener 500 a 300 integrantes, y el Senado 96 de los 128 representantes que hay actualmente. En la actualidad el INE es un aparato muy oneroso, pues se le destinan 20 mil millones de pesos.
También se prevé eliminar los tribunales electorales estatales para que las controversias electorales locales sean asumidas por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Sabemos que los tribunales estatales resultan irrelevantes porque sus decisiones son aún revisadas por el TEPJF que resuelve en definitiva.
La iniciativa también propone reducir el número de integrantes del INE de 11 a siete, así como sus direcciones y unidades técnicas. Se plantea que tanto los consejeros del INE como los magistrados del TEPJF sean electos por voto popular a partir del 2023.
Se trata de quitar privilegios, hacer más barata la democracia, y conseguir que los ciudadanos sean representados de manera más directa.
La oposición ya ha dicho iracunda que presentará una reforma electoral ciudadana y democrática que fortalezca al INE; sin embargo, estoy seguro que esta vez lo pensarán mejor porque el pueblo no quedó contento con ellos.
Es necesario que México tenga una auténtica democracia. Hoy, a los consejeros electorales los eligen los partidos con sus mayorías legislativas; la propuesta a través de la reforma electoral es que ahora sean elegidos por la gente a través del voto.
El pueblo está cansado de que la política se vea como un negocio. ¿Qué patriota podría estar en contra de que el negocio en torno a lo electoral termine?
Vimos que la decisión de los opositores en la reforma eléctrica dañó al país, al anteponerse los intereses de privados nacionales y extranjeros. La peor censura que recibirán será el repudio del pueblo. Hoy les proponemos que se serenen, que reflexionen y que lean detenidamente la reforma electoral por el ahorro millonario que representa.
Ya es hora de comenzar con la limpieza del INE, organismo más caro del mundo; la reforma electoral corresponde a un reclamo histórico del pueblo de México al que hay que escuchar.