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Redimir, defender, traicionar

Si el PRI no apoya al presidente en la reforma energética traiciona a su pasado. Si el PRI se entrega a Morena, traiciona a su futuro. | Carlos Gastélum

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Escrito en OPINIÓN el

La discusión sobre la iniciativa de reforma energética continúa en el Congreso. Es el tema legislativo más importante de este sexenio, y marcará la historia de la administración del presidente López Obrador, cualquiera que sea su resultado.  

Por la presencia que cuenta el PRI en la Cámara de Diputados y el Senado, el destino de la reforma dependerá de cómo voten sus legisladores. Pueden dilapidar la aspiración cuatroteísta o darle vida. Esta capacidad de decidir ha puesto en la mira al partido, diciéndole cada uno qué debe o no hacer. En términos generales, al PRI se le han puesto tres alternativas: redimir, defender o traicionar. 

La primera la ofreció el presidente. Un voto a favor de la reforma es una suerte de redención que purificará al PRI. Sostiene que la iniciativa tiene los genes del verdadero priísmo, ese formado durante la época de Cárdenas y López Mateos. Ser fiel a sus principios es apoyar el cambio constitucional. Es también una invitación a reconciliarse con los detentores del poder: es de sabios reconocer el error, dicen.

La segunda proviene de quienes están en contra de la propuesta presidencial. El PRI, sostienen, debe defender el modelo energético que él mismo impulsó y que, con todo y los cuestionamientos a la administración anterior, es de las de mayor calado para el México moderno. Defender lo existente es un acto de congruencia con el futuro. 

La tercera es la derivación hacia los extremos de las primeras dos alternativas. Si el PRI no apoya al presidente, traiciona su pasado. Si el PRI se entrega a Morena, traiciona su futuro. Es el reclamo de las definiciones que no permiten acomodos intermedios, y que terminará por generar malestar en alguno de los polos.

Hasta ahora, los pronunciamientos de legisladores del PRI han sido pocos e individuales, sobre todo en la Cámara de Diputados. Esto contrasta con sus pares del Senado, en donde las voces han sido más contundentes en contra de la propuesta de reforma. Mientras se resuelve a quién acompañará el PRI -al presidente y sus partidos, o a sus aliados de la coalición opositora-, los diputados tricolores piden escuchar y debatir.