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Redignificar la política

La mejor vacuna contra el populismo consiste en redignificar la política.

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Escrito en OPINIÓN el

A partir de que concluyeron las elecciones de este año, los dirigentes de las principales fuerzas políticas no han dejado pasar ocasión para advertir sobre los riesgos del populismo, pero quien ha puesto mayor énfasis es el presidente Peña Nieto que ha aprovechado por igual eventos partidistas, su Tercer Informe de Gobierno e incluso foros internacionales como la Asamblea General de la ONU.

 

Tal parece que el triunfo en Nuevo León y la creciente popularidad de Jaime Rodríguez El Bronco, el ánimo ciudadano a favor de las candidaturas independientes, así como los resultados de las encuestas que colocan a Andrés Manuel López Obrador como puntero rumbo a las elecciones presidenciales de 2018 les han generado mucha inquietud, ya que seguramente sienten amenazada su hegemonía política en la que van implícitos muy diversos intereses.

 

Es cierto que no es deseable el surgimiento de un líder mesiánico de cualquier signo pues la historia así lo demuestra, pero no han caído en cuenta que este riesgo lo han provocado ellos mismos por los excesos en que han incurrido, los escándalos de corrupción y su incapacidad para resolver los problemas del país.

 

Siguen sin entender que en la actualidad contamos con una sociedad cada vez menos tolerante, más participativa y que de manera natural busca alternativas ante su frustración y descontento.

 

Los datos que arroja el informe del Latinobarómetro 2015 son muy elocuentes. El nivel de satisfacción de los mexicanos con la democracia es del 19%, únicamente el 17% se siente representado por su Congreso, el 32% se siente cercano a un partido político y sólo el 13% está satisfecho con la economía.

 

En casi todos estos rubros México está muy por debajo del promedio de la región, pero un dato que resalta es que 3 de cada 4 mexicanos desconfían de las elecciones, siendo que la credibilidad en las mismas había sido una de las apuestas más importantes de la clase política y que hace algunos años parecía un tema superado.

 

Pero en lugar de asumir su responsabilidad, de proponer soluciones, de modificar su actitud y sensibilizarse con las demandas y preocupaciones de la gente, insisten en recurrir a la demagogia -que probablemente antes les funcionaba- y de mostrar un gran desprecio por la ciudadanía como lo evidencia el spot del gobierno federal “”, que ante la contundente respuesta en redes sociales tuvo que ser retirado.  

 

Les debería quedar claro que no es con discursos y descalificaciones como van a ahuyentar el fantasma del populismo -sobre todo cuando su imagen está tan devaluada-, la mejor vacuna consiste en redignificar la política y no se advierte que se encuentren en esa ruta.

 

¡Que después no se quejen!