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¿Realmente ganó Hillary el debate?

Donald Trump ha sabido aprovechar las debilidades de Clinton.

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Escrito en OPINIÓN el

El primer debate entre Hillary Clinton y Donald Trump acaparó la atención de la clase política, analistas y buena parte de la opinión pública no sólo en Estados Unidos -que lo vieron 84 millones con lo que rompió récord de audiencia-, sino en buena parte del mundo y con particular interés en México dada la relevancia que ha tenido nuestro país en la contienda, y las implicaciones que nos podría traer el resultado de esa elección.

 

Por ello, de manera natural el apoyo se volcó por la candidata del Partido Demócrata -ante la justificada preocupación de que Donald Trump llegue a la Presidencia del vecino país-, pero por eso mismo quizá nuestra percepción de quien ganó el debate no es del todo objetiva.

 

Es cierto que Hillary se mostró con más experiencia, ecuanimidad, no cayó en provocaciones y se defendió bien logrando incluso evidenciar en algunas ocasiones a su oponente. También que algunas encuestas como la de CNN le dieron el triunfo por un amplio margen y que las críticas de Trump al moderador o al volumen del micrófono de denotan que no se sintió muy cómodo con su desempeño, pero en contraparte los sondeos del New York Times y de la revista Time arrojaron datos muy distintos que favorecen al candidato republicano, por lo que habrá que esperar la medición más importante que es su reflejo en las preferencias electorales.

 

A diferencia de los rígidos formatos a los que estamos acostumbrados en los que muy poco se exponen los participantes -y que debemos revisar para las próximas elecciones-, el debate del pasado martes permitió contrastar ideas, posiciones, personalidades y si bien la secretaria Clinton dejó claro que es mucho más estructurada, que se preparó a conciencia y que se trata de una política profesional, paradójicamente este es uno de sus puntos débiles que Trump ha sabido aprovechar.

 

Un segmento importante del electorado la identifica como parte del establishment contra el que hay un creciente enojo, sobre todo de la llamada “furia blanca” -personas de raza blanca con bajos recursos económicos y nivel educativo-, que lo culpan del debilitamiento de los Estados Unidos como potencia mundial y de la pérdida del “sueño americano”, y al que hábilmente el señor Trump se dirige con su discurso provocador y sus posiciones radicales.

 

Ese estilo frontal, retador y hasta ggrosero que a muchos irrita y que claramente contrasta con la sobriedad de Hillary, indudablemente le ha dado buenos resultados pues le ha permitido crecer en las encuestas y cerrar la elección. A lo que Trump apela no es a la razón sino a las emociones -polarizando con ello de manera irresponsable a la sociedad estadounidense, que difícilmente logrará reconciliarse en el corto plazo-.

 

En ese sentido el candidato republicano cumplió con su público, por su parte Hillary se comportó a la altura y pudo poner fin a la mal racha por la que estaba atravesando, pero me parece que ninguno fue contundente y por tanto no puede declararse como ganador en este debate. Ya veremos en los siguientes.

 

@agus_castilla

@OpinionLSR

 

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