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Rafael Murúa

Su asesinato no sólo es una pérdida para sus familiares y seres queridos, lo es también para el movimiento de la comunicación comunitaria. | Aleida Calleja

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Escrito en OPINIÓN el

El primer periodista asesinado recién comenzando este año fue el periodista José Rafael Murúa Manríquez, director de la estación comunitaria Radio Kashana 93.3 FM, él junto con otros jóvenes fundaron esa emisora que es la primera concesión de uso social comunitaria para el estado de Baja California Sur, entregada por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) en septiembre de 2016 bajo el acompañamiento de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) capítulo México.

Junto con su colectivo Ondas en la Playa (OELP), también promovía la apertura de otras dos radios comunitarias en aquel estado, una en la zona de Guerrero Negro, y otra más en San José del Cabo en coordinación con la Asociación Civil Corazón de las Californias.

Apenas le conocí, pero lo ubicaba bien como parte de un grupo de jóvenes que iniciaron su trayectoria en el periodismo dentro del movimiento de las radios comunitarias en el norte del país, específicamente en Hermosillo, Sonora, un grupo entusiasta, comprometido con las causas sociales, con una apuesta por el cambio transformador, su asesinato es profundamente doloroso. Rafael tenía 34 años de edad, sus pequeños hijos de 2 y 4 años quedan en la orfandad, terrible.

Desde la noche del 19 de enero los familiares de Murúa habían reportado su desaparición, al día siguiente las autoridades reportaron la localización de su automóvil y su cuerpo sin vida se encontró en la carretera de Santa Rosalía, supuestamente con varias perforaciones en el tórax, aunque días después la Fiscalía del estado se contradijo manifestando tenía una bala en la cabeza.

Rafael Murúa tenía medidas de protección por parte del Mecanismo de Protección a Periodistas y Personas Defensoras de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, pues desde el 2017 recibió amenazas a su persona, presuntamente de actores vinculados con la delincuencia organizada, de acuerdo a la documentación del caso de la organización Artículo 19, que le exigían eliminar una nota periodística sobre una persona sentenciada, así como publicar notas en contra de la Secretaría de Marina.

Él mismo denunció en su página de Facebook[1] en noviembre de 2018 otras amenazas provenientes del gobierno local encabezado por el alcalde de Mulegé en Santa Rosalía, Felipe Prado, en la que escribió: “En cincuenta y dos días de gobierno de Felipe Prado he vivido más agresiones y abuso de autoridad que en los seis años anteriores, desde que ejerzo el periodismo en mi ciudad natal, Santa Rosalía”.

En esa misma publicación explicó que antes, el 29 de octubre, habría recibido una amenaza de muerte por haber criticado las acciones del alcalde al afirmar que “La Seguridad Pública no le importa a Felipe Prado. Prefiere que los funcionarios le preparen su fiesta de cumpleaños que cumplir con acuerdos entre Gobierno del Estado y Municipio… Esa misma noche me estaban advirtiendo que pronto iban a asesinarme. Casualmente la información venía de la casa de uno de los funcionarios de la actual administración municipal, con puesto de coordinador”, también detalló otros incidentes que agredían a su persona por parte de personas vinculadas al gobierno local, pero acotó: “Tal vez son hechos aislados”.

Ante el entorno de peligro en el que estaba, se vió forzado a desplazarse fuera de su municipio y fue incorporado al Mecanismo de Protección que falló en su obligación de resguardar su vida e integridad física cuando decidió regresar para continuar con el proyecto de la radio comunitaria. Diversas organizaciones como Reporteros Sin Fronteras y Artículo 19 han exigido que ese Mecanismo dé un informe puntual con las razones por las cuáles ni Rafael Murúa ni su familia ni Radio Kashana contaban con los protocolos necesarios para garantizar su seguridad.

Ante las demandas de justicia, el día de ayer mediante su cuenta de Twitter el gobernador de Baja California Sur, Carlos Mendoza Davis, informó de la detención de Héctor “N”, como presunto responsable del asesinato del periodista, información que hay que tomar con cautela hasta en tanto no se presenten todas las pruebas necesarias para dar con los verdaderos autores intelectuales y materiales del homicidio.

El asesinato de Rafael no sólo es una pérdida para sus familiares y seres queridos, lo es también para el movimiento de la comunicación comunitaria y para el país que tanto necesita de sus jóvenes comprometidos para el cambio social, desde este espacio enviamos un abrazo lleno de solidaridad a sus familiares y a los integrantes de Radio Kashana.

En otros temas

Agradezco la invitación del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador y de Jesús Ramírez Cuevas para integrarme en la dirección del Instituto Mexicano de la Radio (IMER), un sistema de radios públicas de una gran nobleza que ha persistido gracias al esfuerzo cotidiano de sus trabajadores pese a tener condiciones nada fáciles. He recibido una gran cantidad de generosos mensajes por tal encomienda, los cuales recibo con mucha gratitud. Es un enorme reto que requerirá del acompañamiento plural y diverso de los más diferentes sectores de la sociedad, a los cuales espero servir con honestidad, trabajo y libertad en aras de fortalecer una radio pública que garantice el derecho a la información para todas las personas.

[1] Información disponible en: https://www.facebook.com/rafael.muruamanriquez/posts/10161064680145147

El IFT y su controversia

@callejag@OpinionLSR | @lasillarota