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¿Quién perdió en estas elecciones?

A pesar de su discurso triunfalista, el PRI enfrenta el escenario más complicado

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Escrito en OPINIÓN el

Para este momento probablemente ya habrán concluido los cómputos oficiales y tendremos mayor claridad de quienes obtuvieron el triunfo en las elecciones del pasado domingo tanto en las tres gubernaturas que están en disputa, en los ayuntamientos de Veracruz, Coahuila y Nayarit, así como en la integración que tendrán los congresos locales de estas dos últimas entidades. Por su carga simbólica y por los números tan cerrados que arrojaron los conteos rápidos y los programas de resultados preliminares, la atención se ha centrado en el Estado de México y en Coahuila -en Nayarit la gubernatura está prácticamente definida para la coalición PAN-PRD-PT-PRS-.

Lo esperado es que en el Estado de México se confirme el triunfo de Alfredo Del Mazo por un margen de entre 2 y 3 puntos porcentuales, pues los datos de ambos instrumentos son coincidentes. Mientras que en Coahuila hay una gran incertidumbre ya que los conteos rápidos daban como ganador al candidato del PAN, en tanto que el PREP cerró con el 72% de las casillas -lo que significa que no se contabilizaron el 28% de las actas- dando la victoria al PRI en medio de serios cuestionamientos a la autoridad electoral local, por lo que después de los cómputos seguramente seguirá un largo proceso impugnativo y la última palabra la tendrá la Sala Superior del TEPJF.

Pero además de los resultados, se deben tomar en cuenta otros elementos para analizar el saldo de estas elecciones para cada uno de los partidos. Aunque el Estado de México representa un duro golpe para el PAN, y ha provocado que los aspirantes a la candidatura presidencial aprovechen para responsabilizar y exigir cuentas a Ricardo Anaya, lo cierto es que su desempeño en los otros tres estados ha sido bastante positivo y aún tiene la posibilidad de sumar dos nuevas gubernaturas.

En el caso de Morena, probablemente los desplantes de Andrés Manuel López Obrador le costaron la gubernatura en el Estado de México, pero claramente constituye un triunfo importante pues hace unos cuantos meses nadie imaginaba el crecimiento que iba a tener la candidatura de Delfina, y lo cerca que iban a estar de arrebatarle al PRI la “joya de la corona” con todo y las condiciones de gran inequidad que enfrentaron. Tampoco el saldo es negativo para el PRD y por el contrario, tras una fuerte crisis interna por la que atravesaba le significa un buen respiro, ya que además de que la alianza con el PAN en Nayarit y Veracruz fue fructífera, la participación de Juan Zepeda en el Estado de México ha sido reconocida por todos.

En este contexto, me parece que a pesar de su discurso triunfalista, el PRI es quien enfrenta un escenario más complicado y a la larga, el haber retenido la gubernatura del Estado de México de la forma en que lo hicieron -aún está por verse que pasa en Coahuila-, puede resultarle sumamente costoso y terminar siendo una victoria pírrica.

El ofensivo despliegue de recursos de toda índole, la utilización descarada del aparato gubernamental, así como la estrategia de asustar al electorado y fragmentar a la oposición apenas le permitieron obtener 300 mil votos más que Morena, y que sólo el 18% de los ciudadanos inscritos en el Listado Nominal hayan optado por su candidato -el PRI perdió 1 millón de votos respecto a la elección de 2011- por lo que los márgenes de gobernabilidad de Del Mazo serán muy precarios. Además, los principales partidos de oposición se han unido en su contra tanto en esta entidad como en Coahuila, lo que se puede traducir en un serio conflicto post-electoral que incluso se traslade al ámbito nacional y repercuta políticamente en todo lo que resta de la administración de Peña Nieto cuyos niveles de aprobación siguen a la baja. 

@agus_castilla