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¿Qué podemos esperar?

En breve seremos testigos de unos meses hasta cierto punto convulsos en el vecino país del norte.

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Escrito en OPINIÓN el

Los días pasan en la capital estadunidense y el calor no se hace esperar. Washington siempre ha tenido este velo misterioso de control del poder político en la esfera internacional y muchas de las decisiones pasan por esta ciudad. Si bien no se toman aquí, se puede referir uno al enorme poder de influencia que ello tiene. Pues así estamos en pleno verano –cosa de recordar que aquí el calor solamente está en su apogeo de junio a agosto– antes que venga el otoño con sus colores variopintos y las hojas de los árboles nos muestren paisajes inigualables. Ya he dicho antes que ésta es una de las cosas que más me gusta y me fascina de esta urbe.

 

¿Qué pasa en la capital de los Estados Unidos durante este tiempo y qué podemos esperar para los próximos meses? Al buscar noticias relevantes, sucesos interesantes o decisiones importantes, creo que podemos encontrar algunas que vale la pena mencionar. En primer lugar, el tema de la sucesión presidencial del año que viene seguirá ocupando las primeras planas de los diarios y de los noticieros. ¿Los actores principales? Creo que todos los conocemos: Donald Trump y Jeb Bush del lado Republicano, y Hillary Clinton del lado de los demócratas. Actualmente desde mi punto de vista, la contienda electoral estará entre Jeb Bush y Hillary Clinton. Es decir el duelo Bush-Clinton se hace presente otra vez.

 

Parece que la historia está encaminada a repetirse. Eso, o las élites son unas cuantas y en realidad –como decía el politólogo italiano Gaetano Mosca– la clase política es una, circular y cerrada, que suele repetirse a sí misma. Nada nuevo, pues. ¿Qué cosas serían la novedad ahora? Las desfachateces de Donald Trump que, no olvidemos, tiene a su grupo de seguidores y en algunas encuestas llevaría la delantera de entre los republicanos que les gustaría verlo como candidato. No es cuestión exclusiva de él, cuando muchos piensan de la misma forma (pero no lo dicen, como comentamos la semana pasada). El valor de ser “políticamente correctos”

 

Además de la contienda presidencial, hay dos temas que estarán de moda y seguirán por un buen rato. Uno de ellos es toda la serie de efectos colaterales después del tiroteo en una Iglesia de Carolina del Sur y lo que la bandera confederada significa y por qué será desterrada de dicho estado. Esta bandera representaba la guerra civil entre el norte y el sur y los valores y tradiciones por los que luchaban unos y otros. Todo ello, en el marco del racismo y la segregación en pleno año 2015, en donde por supuesto, es mal visto. Ya también hablamos si los símbolos tendrán la suficiente fuerza para convertir en realidad algo que está arraigado en la mente de muchos. ¿Desterrar la bandera confederada desterrará también la tendencia racista de algunos?

 

El otro tema que también pulula por allí es la crisis en los sistemas de seguridad del personal que labora para el Gobierno Federal de los Estados Unidos. Todos recordamos la “violación” a la seguridad cibernética –supuestamente atribuible al Gobierno de China– que puso en riesgo los datos personales de los trabajadores de la administración de Obama. Debido a lo anterior, la directora de la Oficina de Personal ha decidido presentar su renuncia al cargo la semana pasada; habrá que analizar las medidas que tomarán para proteger realmente a sus empleados.

 

Pero más allá de los temas que todos podemos leer en la prensa, quiero aventurarme y hacer un ejercicio de prospectiva para los meses que habrán de venir. ¿Cuáles serán los temas que se discutirán próximamente y que estarán vigentes en la agenda pública de Estados Unidos? Por supuesto el tema electoral seguirá vigente, pero más allá de eso estoy seguro que el Congreso de los Estados Unidos discutirá en breve temas relacionados al presupuesto y al financiamiento para las agencias del Gobierno Federal y allí es donde volveremos a ver grandes disputas entre republicanos y demócratas. Actualmente es la única herramienta que le queda a la oposición republicana para hacerle pasar un mal rato al Presidente Obama y a su administración. Además que servirá como estrategia de negociación (por no decir chantaje político) para los meses que vengan. Especialmente de cara a la elección federal del año entrante.

 

En resumidas cuentas tenemos unos meses largos, pesados y un tanto lentos para la agenda pública desde Washington. En mi opinión personal este tiempo equivale a la calma antes de la tormenta de todo lo que se vendrá en los próximos meses, conforme se acerque el 2016. Las estrategias están siendo tejidas ahora mismo y las herramientas políticas que habrán de utilizarse están siendo confeccionadas actualmente. En breve seremos testigos de unos meses hasta cierto punto convulsos en el vecino país del norte. La pregunta para nosotros es si México está preparado para ello. El tiempo lo dirá.

 

@fedeling