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¿Qué pasa con Miguel Mancera?

Mancera ni ve, ni oye a los violentos. Eso sí, cuando un funcionario de su gobierno se atreve a cuestionar a esos violentos, entonces es despedido.

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Escrito en OPINIÓN el

Se puede entender que la imagen y popularidad de Enrique Peña Nieto estén a la baja, si tomamos en cuenta crisis como la de Iguala y la "casa blanca", que golpearon severamente al mandatario.

 

Se puede entender que luego de un deficiente control de daños de “los hombres del presidente" la imagen de Peña Nieto esté en un momento crítico.

 

Sin embargo, si volteamos a ver  la imagen, la popularidad y la aceptación del jefe de gobierno, veremos que Miguel Mancera también ha sufrido un severo revés ante los ciudadanos. La diferencia es que Mancera está lejos de haber vivido una crisis como la de Iguala y enfrentar un escándalo como el de la "casa blanca".

 

Por eso la pregunta: ¿Qué pasa con Miguel Mancera?

 

En realidad se pueden plantear todas las hipótesis que la imaginación permita. Sin embargo, los hechos y la realidad cotidiana de los capitalinos nos dejan ver lo que pudiera ser el trasfondo en la crisis de popularidad de Mancera. ¿Por qué razón?

 

Porque el de Miguel Mancera, está muy lejos de ser el gobierno que prometió a los capitalinos; porque su gestión francamente ha sido deficiente y, sobre todo porque el de Mancera es un gobierno débil.

 

La mejor muestra de la debilidad de Mancera la exhibió el propio Mancera, cuando obligó a renunciar a su secretario de Seguridad Pública Jesús Rodríguez Almeida, quien fue echado de fea manera cuando se atrevió a defender a sus policías; una defensa ante la violencia y el vandalismo que ha sido impune en la capital del país.

 

El mensaje, al despedir a Rodríguez Almeida es demoledor. Es decir, que todo aquel funcionario del GDF que se atreva a cuestionar al vandalismo, a los violentos, a los anarquistas, será despedido. ¿Por qué?

 

Porque Mancera ha dado muestras de que en su gobierno se tolerará, hasta niveles de grosera impunidad, a los vándalos, a los violentos y a los anarquistas.

 

Además, el mensaje es de debilidad extrema porque a pesar de las recurrentes evidencias de la violencia de los grupos anarquistas contra la sociedad y la policía, el gobierno perredista de Mancera se ha conformado con ser un espectador de palo. Dicho de otra manera, que Mancera ni ve, ni oye a los violentos. Eso sí, cuando un funcionario de su gobierno se atreve a cuestionar a esos violentos, entonces es despedido.

 

Otra evidencia de que Mancera da palos de ciego es el cambio de su titular de Comunicación Social. Despidió al único profesional que tenía en esa materia y en cambio, contrató a un especialista en comunicación empresarial.

 

¿Qué estará pensando Mancera? ¿Acaso pensará que el GDF se administra igual que una cafetería? ¿Acaso pensará que la comunicación social es lo mismo que vender refrescos de cola?

 

Como sea, Mancera enfrentará una verdadera prueba de fuego en unos cuantos meses durante la elección de junio de 2015, cuando sea renovada la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y las 16 jefaturas delegacionales.

 

Como van las cosas, y según las encuestas, Mancera podría ser responsable de una derrota  estrepitosa del PRD en la capital del país.

 

Al tiempo

 

@RicardoAlemanMx