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¿Qué pasa con el PAN?

No se puede negar que con la llegada al poder y el acceso a mayores recursos económicos y materiales, se fueron olvidando de formar ciudadanía.

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Escrito en OPINIÓN el

En el marco de la presentación de su libro Ayer y Hoy, el ex dirigente nacional del PAN Luis Felipe Bravo Mena, quien también se desempeñó como secretario particular del Presidente Felipe Calderón, hizo señalamientos muy fuertes en el sentido de que a Acción Nacional se le “quebró el alma” y atraviesa por una profunda crisis que de no resolverse, lo puede llegar a convertir en un mero membrete.

 

Afirmó también que se debe pedir perdón a los ciudadanos por los errores cometidos durante los 12 años de gobiernos panistas, y recomendó que se trabaje en la reinstitucionalización del PAN dejando atrás a los grupos y caudillos clientelares que han penetrado y dominado su vida interna, así como en el reencuentro con los ciudadanos y la construcción de la unidad pues todos tienen su grado de responsabilidad.

 

Estas palabras parece que fueron pronunciadas en el desierto, pues la dirigencia actual insiste que los escándalos en que se han visto envueltos, sobre todo legisladores y alcaldes, responden a una campaña para desprestigiar a este instituto político o en todo caso se trata de acontecimientos aislados y conductas individuales llegando al grado de culpar a los medios de comunicación por difundir una imagen distorsionada del partido.

 

Es difícil pretender que acontecimientos tan visibles que involucran a personajes públicos no sean de interés periodístico y desde luego, es natural que, los adversarios -internos y externos- aprovechen esta situación para golpear políticamente a Madero y a su grupo impactando en la imagen del PAN en su conjunto. Pero la realidad es que la fiesta de los diputados no fue un invento, como tampoco los conflictos internos, la aparición de simpatizantes “nazis” o los diversos señalamientos sobre abusos o actos de corrupción que se han venido formulando desde hace tiempo.

 

No se puede negar que con la llegada al poder y el acceso a mayores recursos económicos y materiales, se fueron olvidando de formar ciudadanía y de mover almas apostándose en cambio por la movilización de clientelas electorales para definir sus procesos electivos.

 

A pesar de que se han realizado cuando menos dos ejercicios de reflexión para identificar los errores e insuficiencias que llevaron a que el PAN perdiera varias gubernaturas, y disminuyera de manera significativa su presencia en la Cámara de Diputados, y perdiera la presidencia de la República, la realidad es que no se han generado los cambios ya que el pragmatismo exacerbado, los intereses de los grupos dominantes y la disputa por el control del partido lo han impedido.

 

Otro factor que probablemente ha complicado que se tomen medidas de fondo y se logre la reconciliación, es que en los últimos dos años la dinámica interna ha sido muy intensa y no han dejado de competir –y confrontarse- ya sea por las reformas estatutarias, la dirigencia o las candidaturas.

 

Independientemente de las causas, coincido en que si no se rescatan los principios del partido y su congruencia, que lo llevaron a ganar la primera gubernatura de oposición (1989) y la Presidencia (2000) la posibilidad de que se cumplan los pronósticos de Bravo Mena se vuelve muy cercana y lo que se ha ido construido en 75 años, se puede reducir a casi nada. De ese tamaño es la de responsabilidad de los panistas, ¡es momento que se entienda!

 

@agus_castilla