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¡Qué les cuento!

Las consultas a mano alzada no son las que deberían marcar el destino de ambiciosos proyectos. | Lourdes Mendoza

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Escrito en OPINIÓN el

Reflexiones para la próxima contienda electoral

Según la base de datos de Segob, al cierre de enero de 2020, en la Cámara de Diputados se presentaron 9 mil 799 iniciativas y 6 mil 209 en la Cámara de Senadores, de todos los grupos parlamentarios. Ahora bien, y considerando que el marco jurídico del Estado mexicano consta de 310 leyes, la primera reflexión es que, independientemente de su aprobación, las 16 mil 8 iniciativas presentadas generan incertidumbre jurídica, ¿o no?

Además, déjenme decirles que se ha llevado a cabo un total de 184 sesiones, un promedio de 87 iniciativas presentadas por día –un dato que refuta a quienes afirman que los del Congreso no trabajan–.

Como caso de estudio: en las comisiones de Hacienda y Crédito Público, Justicia y de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados, se recibe por lo menos el 60% del total de las iniciativas que se presentan en el H. recinto legislativo.

Tan sólo en la Comisión de Hacienda y Crédito Público se han turnado a la fecha 746 iniciativas, 28 minutas y 197 proposiciones con punto de acuerdo que, dependiendo de la perspectiva del proponente y del análisis que de ellas se desprende, podrían tener diferentes impactos y alcances que generen un caos económico, un triunfo social o un apoyo clientelar en tiempos de la llamada 4T.

De este total, se dictaminaron 259 iniciativas y 15 minutas, descontando las leyes de ingresos correspondientes a los años 2018, 2019 y 2020, las más importantes para la estabilidad económica del país.

Agárrense…

Pues entre las 487 iniciativas y minutas que afortunadamente no fueron aprobadas en la Comisión de Hacienda se encuentran:

-La que pretendía eliminar el IVA a los libros. Esta chulada la presentó el moreno Sergio Mayer, de la Comisión de Cultura, pues no sabía la diferencia entre tasa 0 y exento.

-Los del PRD pretendían bajar el IEPS a la cerveza, con lo que se desequilibraría la recaudación de estos impuestos especiales.

-En la Comisión de Energía, Morena pretendía, ¡ojo, eh!, elevar un derecho a las gasolinas, quesque para combatir el huachicoleo. Dicha ocurrencia se la aventaron pues no tenían idea de que esta comisión no tiene facultades para imponer impuestos o derechos.

-Bueno, y qué me dicen de la ideota que se aventó Mario Delgado, quien pretendía, mediante la ley para la creación de la Financiera Nacional Agropecuaria, tener un zar del campo. El pero, es que no había asignación presupuestal.

-Cómo olvidar que también Morena propuso la regularización de los autos chocolates, iniciativa que se aprobó en diputados y que el Senado tuvo que corregir.

-Ah, y cómo ven que Morena también se aventó la iniciativa para actualizar el IEPS del tabaco, refresco y bebidas azucaradas. Pues ¿no que primero los pobres?

- Estas ocurrencias o disparates palidecen ante las iniciativas presidenciales de eliminar el outsourcing y la de reforma eléctrica.

Segunda reflexión

Si bien estas iniciativas no fueron elaboradas ni presentadas de mala fe, de haberse aprobado habrían provocado un daño incalculable a la economía de nuestro país.

Entonces, ¿cómo comprender estas ocurrencias?

Basta echarle un ojo a la composición sociopolítica-ideológica-mágico-musical de la población legislativa en la Cámara de Diputados para darnos cuenta que quienes la integran son luchadores sociales, estrellas de la televisión o del deporte. Vamos, para ser aún más específica –inhale y exhale–, un 75%, aproximadamente, de nuestros diputados no tiene estudios o experiencia que los acredite para ocupar sus cargos legislativos; otros casos más extremos sólo tienen escolaridad limitada, o peor aún, sin principios, lo cual les ha moldeado un perfil revanchista, oportunista y servil.

Tercera reflexión, el meollo del asunto:

Nuestro voto en las próximas elecciones. ¿Por quién votaremos? ¿Tiene la experiencia para ser legislador federal o estatal? ¿Queremos seguir con un Congreso de un solo poder? ¿O queremos un Congreso con pesos y contrapesos?

El Poder Legislativo es, en teoría, uno de los tres poderes en que se divide nuestro país, pues hoy está a disposición del Ejecutivo.

De hecho, déjenme decirles que desde que comenzó el Covid-19, el PAN, en todas sus intervenciones, tanto en Diputados, con Romero Hicks y sus pupilos, y en el Senado, con Mauricio Kuri y los suyos, han pedido hasta el cansancio la ayuda de Morena y sus aliados, PT y Verde, para lograr los votos suficientes y sacar adelante el “ingreso básico universal”, con el cual buscan apoyar a los mexicanos que perdieron la chamba por la pandemia. Sin embargo, ni Morena, ni el Verde, ni el PT se han tocado el corazón y dado sus votos. Ellos tienen la mayoría simple y calificada.

¿Congresos con pesos y contrapesos o Congreso de un solo hombre?

En México, es el Poder Legislativo (federal y estatal) el encargado de hacer y aprobar las leyes. Las consultas a mano alzada no son las que deberían marcar el destino de ambiciosos proyectos que, además de generar empleos y riqueza, nos dan certidumbre política y jurídica.

Por eso, es muy importante que reflexionemos qué futuro queremos para nosotros, nuestras familias y, principalmente, para nuestros hijos; es y será nuestra responsabilidad decidir entre dejarles un país estable o un país inmerso en el caos.

Ah, de los 10 partidos, Morena, PT y Verde son aliados; PAN, PRD y PRI hicieron la coalición Va por México; Movimiento Ciudadano es comparsa de AMLO. Y la nueva chiquillada, Fuerza México, PES y Redes Progresistas también son pro AMLO.

Leído lo anterior, es de suma importancia reflexionar el sentido de nuestro voto en las próximas elecciones, que definirán gran parte del destino de nuestro país.

La columna de Lourdes Mendoza Peñaloza se publicó originalmente en El Financiero, reproducida aquí con la autorización de la autora.

*Lourdes Mendoza Peñaloza es una periodista mexicana especializada en finanzas, política y sociales, con más de 20 años de experiencia en medios electrónicos, impresos, radio y televisión.