En esta ocasión en lugar de hablar “desde Washington” y lo que sucede en la capital de los Estados Unidos, me gustaría referir un evento al que tuve oportunidad de asistir la semana pasada en Houston. Me refiero a la “Offshore Technology Conference” (OTC) que se llevó a cabo del 4 al 7 de mayo en dicha ciudad texana. Ellos mismos se describen como el “lugar donde los profesionales del sector enegético se reúnen para intercambiar ideas y opiniones sobre conocimientos y tecnología de punta para hacerse de recursos y también atendiendo el tema del medio ambiente”.
Este foro se fundó en 1969 en la ciudad de Houston y como sabemos, esta ciudad texana se distingue en buena medida por ser la sede de grandes empresas petroleras. Recordemos que antiguamente, incluso hasta tenían un equipo de fútbol americano llamado “los petroleros” (que ya no existe). Ahora son los “texanos”. Pero desde que uno llega a la ciudad, se puede observar cómo todo gira en torno a dos cosas: Energía y negocios. Y cuando digo energía, me refiero principalmente al gas y al petróleo. Y debo también comentar que la gente se siente profundamente orgullosa de ello.
Ahora bien, para tener algunas cifras de la importancia de este foro, hay que mencionar que cerca de 90,000 personas se congregan para atender eventos de “networking” (en otras palabras, para hacer contactos) y dichos participantes provienen de más de 120 países. Encontrar una habitación en cualquier hotel es prácticamente imposible (y los precios se elevan en esta medida, igualmente). Como sucede en cualquier gran evento, uno escucha más de 5 idiomas diferentes en el mismo día y se topa con personas de todo tipo de nacionalidades en la calle, los restaurantes y los centros comerciales.
En mi caso particular asistí porque la institución donde yo trabajo, The Washington Center for Internships and Academic Seminars, firmó un acuerdo de colaboración con la Asociación Mexicana de la Industria del Petróleo (AMIPE) para ofrecer en Washington DC programas de capacitación profesional ejecutiva para personas inmersas y provenientes del sector energético. Recientemente tuve la oportunidad de platicar con personas de la Secretaría de Energía en Washington y es evidente que hacen falta recursos humanos para sacar adelante los retos que tiene este sector en nuestro país.
Es decir, la formación de capital humano calificado es el primer punto de la agenda, para que la reforma en estos temas alcance el potencial que todos queremos en México en beneficio de la población. Ahora bien, la OTC fue un marco ideal para firmar este acuerdo, porque además tuve la oportunidad de platicar con algunos funcionarios de Petróleos Mexicanos y creo que, si en algo todos estamos de acuerdo, es en la necesidad de contar con mano de obra altamente calificada y cada vez más preparada en el país.
No obstante lo anterior, quiero además hablar de mis impresiones de la ciudad y el cambio de ambiente entre un lugar como Houston y uno como Washington DC. Para muchos, ambas son solamente dos ciudades de los Estados Unidos, pero en el fondo, el perfil de las dos es totalmente diverso, naturalmente. Mientras que Washington es una ciudad dedicada enteramente al tema político, internacional y diplomático, en Houston estas tres cosas casi no se hablan o no se conocen.
Lo que estoy diciendo por supuesto es una verdad evidente (de Perogrullo, diríamos en México), pero el envolvimiento del tema de negocios, energía y petróleo que se vive en Houston me permite acercarme más a la idea sobre lo que es y no es Washington DC y la propia ciudad Texana. Y como lo he dicho, la diferencia es abismal. Pero también la diferencia es lo que nos clarifica más las ideas y los conceptos abstractos.
Traigo todo esto a colación para tratar de narrar una experiencia diferente y poco convencional, pero que me permitió acercarme a un sector del cual – honestamente – había conocido bastante poco técnicamente. El paso por la OTC, la plática con varios funcionarios públicos y la interacción con muchas personas que se encuentran en el sector y que son expertos en el mismo, me permitió dimensionar también la importancia del asunto y lo relevante que esto es para cualquier país.
La OTC y el paso por Houston son un mero pretexto para tratar de encontrar también puntos de coincidencia entre diversos sectores y con diferentes personas. En mi caso particular, estoy convencido que la formación profesional – en cualquiera de sus ámbitos – y la creación de mejores capacidades de gestión profesional y ejecutiva, son un tema que nos compete a todos. En esa forma y de esa manera, también se puede contribuir al desarrollo del país.