La senadora con licencia Layda Sansores, ahora candidata a la alcaldía de Álvaro Obregón quien pasó la factura al Senado por una serie de gastos como tintes, desodorantes, almohadas, un refrigerador, una estufa y hasta la cuenta del super aseguró que los recursos no fueron para ella sino para los trabajadores del Senado quienes perciben un sueldo muy bajo y un festejo para su equipo quienes trabajan por honorarios y no tienen prestaciones.
Layda Sansores
Aquí los problemas son varios así que vayamos por partes, la senadora que amablemente habrá llevado a cabo los festejos tendría que haber asegurado que las fiestas eran desinteresadamente patrocinadas por los impuestos de la ciudadanía, no por la buena voluntad de una senadora conmovida por los bajos sueldos y falta de prestaciones laborales de su equipo de trabajo.
Diputados y senadores que en el discurso aseguran estar a favor de los derechos de los trabajadores -¿porque quién en su sano juicio se expresaría en contra?- y que tienen en sus manos la capacidad para cambiar la situación laboral de un país no hacen lo necesario para conseguir mejores situaciones laborales para su entorno inmediato. Porque hacerle una linda rifa en la cena de Navidad pero no buscar seriamente mejores condiciones termina resultando perverso.
Es quien ayuda al pobre lo suficiente para que le esté agradecido pero también lo suficiente como para que no deje de ser pobre.
Senado
Si bien la situación de la hoy candidata a la alcaldía podría revelar una práctica común y una laguna administrativa, más allá de las intenciones –aunque lo del tinte sigue sin una clara explicación- revela también las pésimas condiciones en las que trabajan los empleados en ambas cámaras, directos y subcontratados.
Los escépticos dirán: pero así está el país entero, ¿por qué tendrían ellos que estar mejor? Porque tienen que poner el ejemplo. De la misma forma en la que la ciudadanía comprometida se organiza para no comprar productos que utilizan mano de obra infantil o que son probados en animales, los poderes tendrían, están obligados, a que las condiciones laborales de aquellos a quienes emplean sean arriba del mínimo aceptable. (Como dato curioso, el el 2015 Animal Político publicó una nota en la que se aseguraba el Senado pagaba a Fonatur Constructora por gastos de limpieza el doble del gasto real=.
¡Qué buen baile!
Y terminamos esta historia con una imagen que les traerá buenos recuerdos, al menos musicales de aquella fiesta con los empleados de esta empresa encargada de la limpieza del Senado en el que Layda Sansores festejó sin esperar que por esas mismas fiestas buscarían llevársela al baile.