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¿Pueden las encuestas predecir los resultados?

Existen ejercicios serios que pretenden prever el posible resultado con base en encuestas | Ricardo de la Peña

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Escrito en OPINIÓN el

Se ha dicho hasta la saciedad que las encuestas no son, por sí mismas, pronósticos. Que son solamente una fotografía más clara o más borrosa de las intenciones de voto de la ciudadanía en el momento en que se toma la información.

Pero, ¿es posible predecir los resultados de una elección con base en encuestas?

Existen ejercicios serios que pretenden prever el posible resultado con base en encuestas. Un ejemplo de ello es el pronóstico que se presenta en Oraculus.

El difícil pronóstico

A partir del arranque de campañas, Oraculus comenzó a presentar un pronóstico que, si bien se basa en la “encuesta de encuestas” que registra cotidianamente este sitio, presenta estimaciones que toman en cuenta los factores que pueden dar lugar a sesgos sistemáticos y no aleatorios en las estimaciones por encuesta.

¿En qué difieren las encuestas recientes?

Como se sabe, siempre hay factores estocásticos que afectan la calidad de una estimación por encuesta: errores muestrales y sesgos no sistemáticos para el conjunto de mediciones, que corresponden a los “efectos de casa” y otros elementos que separan las mediciones del resultado.

Los factores de riesgo

Al respecto, existen al menos dos factores que provocan sesgos que pueden tener un carácter sistemático. Por un lado, está la incertidumbre respecto al poder predictivo de las encuestas respecto a los resultados de las elecciones, el sesgo entre las preferencias reales y las preferencias observadas mediante el testimonio de los entrevistados. Por otro, están las variaciones o giros en las preferencias que pudieran presentarse entre el momento de toma de información y el momento de la elección, producto de las campañas y de los cambios en el estado de ánimo de la ciudadanía.

La calidad del pronóstico

Añadiendo al error estadístico propio de las encuesta por muestreo los factores de sesgo y giro potencial en las preferencias, lo que se tiene son estimaciones de intervalos sumamente amplios sobre la votación esperable para cada contendiente, que idealmente debieran irse cerrando a medida que se aproxima la jornada electoral.

¿Por qué difieren las encuestas electorales?

Así, a mitad de las campañas el pronóstico de votación por López Obrador se ubicaba entre 34 y 54 por ciento; por Anaya, entre 21 y 40 por ciento; y por Meade entre 11 y 27 por ciento, lo que daba horquillas de hasta veinte puntos por contendiente. Al cierre, la precisión del pronóstico tal vez haya mejorado un poco, pero no esperemos que demasiado: eso es lo que pueden realmente anticipar las encuestas. Lo demás es querer jugar a la brujería, lo que no va con la ciencia.

¿Coincidirán al final las encuestas electorales?

@ricartur59 ·  @OpinionLSR · @OpinionLSR