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Protagonistas

Me parece que la política actual del presidente Obama, aún y con todos sus problemas históricos a pasos hacia una política internacional de acción, más que de observación.

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Escrito en OPINIÓN el

Con la reciente decisión del presidente Obama de restablecer relaciones diplomáticas con la República de Cuba (oficialmente ese es el nombre del país), se abre una nueva etapa –todavía no sabemos de qué– en las relaciones internacionales y entre los grandes bloques que históricamente estuvieron peleados. Varias razones se han esgrimido en las columnas políticas y entre los diversos comentaristas; entre otras, aducen razones económicas y de dinero, mientras que otros dicen que es una jugada estratégica del presidente Obama para pasar a la historia. Pero vamos por partes; todo ello es cierto, pero hay que analizar con calma las cosas.

 

En primer lugar, por supuesto que esta jugada es una movida estratégica del presidente de los Estados Unidos. Si bien la Guerra Fría terminó hace mucho tiempo con la caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989, la realidad es que Cuba seguía siendo uno de esos vestigios del conflicto entre las dos grandes potencias. El hecho que Obama quiera terminar con ese histórico congelamiento de las relaciones entre ambos países, por supuesto que debe enmarcarse como una de las cosas que serán el “legado” de su Presidencia. Si bien no ha podido cerrar la prisión de Guantánamo como lo ofreció en su campaña, la apertura de una embajada en La Habana equivale a hacer un esfuerzo de buena voluntad para ello.

 

En materia económica hay que recordar que Estados Unidos ha prohibido hacer negocios con la Isla, ello a través de una ley aprobada por el Congreso. Luego entonces, si la decisión va en el terreno económico, quizá no será tan fácil revertir una ley tan controversial, porque habrá varios congresistas y senadores (especialmente aquellos de origen cubano) que se van a oponer, pues consideran que mientras Cuba esté gobernada por el actual régimen, ni siquiera vale la pena intentarlo. Es más, quizá le “cobren” esa factura al presidente Obama en otras cosas. Pero la realidad es que las medidas del embargo que pretendía aleccionar a Cuba, no han dado los resultados que se esperaban: a pesar de ellas, Cuba sigue siendo la misma.

 

Por otro lado, el caso del estadunidense Alan Gross –de acuerdo con algunos medios como The New York Times– sugiere haber tenido una participación en el restablecimiento de las relaciones. Gross, contratista y ciudadano de Estados Unidos, fue condenado a prisión en Cuba por 15 años, acusado de crímenes contra el Estado. Otros medios como la BBC, sugieren que en realidad, Gross es la cara visible de un intercambio de espías presos (unos en EUA y otros en Cuba), pero en realidad no lo sabremos.

 

Lo que llama también la atención, en todo caso, es el papel que jugó el Papa Francisco en todo ello. Los portales de noticias refieren que El Vaticano fungió como una suerte de mediador entre ambos. Esta, desde mi punto de vista, es otra faceta del papado de Francisco que no habíamos visto tan claramente y que considero que tendrá un potencial enorme.

 

Pero más allá de todo lo anterior, quiero traer a colación dos historias: La primera de ellas, narrada en el “Museo del Holocausto” en la ciudad de Washington, DC, en la cual se cuenta cómo los barcos con los exiliados judíos llegaron a costas estadunidenses (si no me equivoco, en Nueva Orleans), pero al no contar con los permisos adecuados y sin el visto bueno del Departamento de Estado, fueron remitidos a Cuba – que tampoco los dejó desembarcar – y acabaron por regresar a Alemania, en donde a la postre, fueron ejecutados en los campos de concentración.

 

En esa ocasión, Estados Unidos jugó un papel de observador meramente; un actor que no realizó acción alguna. Motivo de otro artículo será discutir la ética de este asunto, pero por ahora, solamente me interesa describir el hecho. Ahora bien, otro caso similar contado en el memorial del Muro de Berlín: Durante la Guerra Fría mientras el mundo se dividía entre Occidente (las potencias europeas y Estados Unidos), por otro lado se formó el bloque soviético (Rusia y Europa del Este) y terminaron por construir un muro en la ciudad de Berlín, que simbolizó todo lo anterior.

 

Durante los muchos intentos de los ciudadanos de Alemania oriental de escapar del comunismo, algunos de ellos intentaban cruzar el muro hacia el otro lado, pero si no lo conseguían, eran matados al instante. Si conseguían cruzar al lado occidental (sin ayuda), entonces eran auxiliados por aquellos del otro lado. Una vez más, Estados Unidos no quería meterse en problemas. Es la misma política que rigió la migración cubana hacia Estados Unidos: no se le ayuda a nadie a escapar de la Isla, pero una vez llegados al territorio de EUA, entonces se les daba asilo.

 

Me parece que la política actual del presidente Obama, aún y con todos sus problemas históricos y a pesar de las críticas de aquellos que opinan que se legitima un régimen que viola Derechos Humanos, da pasos hacia una política internacional de acción, más que de observación. Si esto es así, entonces muy bien. Si solamente es una jugada teatral, pues no está bien, porque efectivamente, no hay que legitimar un régimen de esta naturaleza. Pero esto solamente el tiempo nos lo dirá.

 

@fedeling