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Proceso de integración del IFAI

La elección del día de ayer de los Comisionados del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos (IFAI) deja en claro que por más que se diga una y otra vez que se hacen esfuerzos por transparentar las designaciones, los procedimientos de selección, entrevistas abiertas y diversos comités o instancias que propongan los perfiles idóneos a nuestros legisladores, éstos terminan por hacer lo que más conviene a sus intereses, sin la menor preocupación por las personas que acaban integrando esos órganos.

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Escrito en OPINIÓN el

La reforma en materia de transparencia publicada en el Diario Oficial de la Federación, el viernes 7 de febrero, que otorga autonomi´a constitucional, hace sujetos obligados a los partidos políticos y da ma´s atribuciones al IFAI, hace que la importancia de este organismo se redimensione y que la designación de sus integrantes tome una particular relevancia.

En la reforma constitucional se estableció la posibilidad de ratificación de todos o alguno de los comisionados en funciones. En la madrugada de una de las sesiones  ordinarias del Senado se les notificó, uno a uno, que ninguno integraría más el IFAI. Ninguna explicación se dio para razonar estas determinaciones. Ninguna razón para cortar de tajo con la experiencia y dar continuidad a los trabajos llevados a cabo por el IFAI, ratificando a algunos de sus integrantes, argumento que tanto peso tuvo en la conformación del Instituto Nacional Electoral. Iniciaba así la ruta para la conformación de este organismo autónomo.

En el proceso de selección de los siete ciudadanos para integrar el IFAI se inscribieron 160 candidatos. Dos de ellos no cumplieron con los requisitos establecidos por la convocatoria, por lo que el número se redujo a 158 candidatos de los que sólo 22 eran mujeres, es decir el 13.9% de los candidatos. A las comparecencias, que iniciaron en 31 de marzo y concluyeron el 8 de abril, sólo  se presentaron 147 de los inscritos, 11 de ellos no acudieron a éstas. Después de las comparecencias, el Comité Técnico de Seguimiento y Acompañamiento envío una lista compuesta por los 25 aspirantes mejor evaluados. Dentro de este número se incluían 6 mujeres, que corresponde al 24% del total de la lista.

El Comité Técnico de Seguimiento y Acompañamiento se conformó por diez expertos en el tema, siete hombres y tres mujeres. Jacqueline Peschard, Haydeé Pérez, Issa Luna, Mauricio Merino, Sergio López Ayllón, Pedro Salazar, Eduardo Bohórquez, Alejandro González y Eduardo Guerrero hicieron un trabajo que merece el reconocimiento de todos.

Cuando, como ayer, se dejan fuera a los perfiles mejor calificados y se incluye a uno que ni siquiera se encontraba en la lista de los 25 mejor evaluados por el Comité Técnico, saltan las alarmas y se pone en evidencia que, al final de cuentas, las razones no son las que se dan a la ciudadanía, que los acuerdos se hacen fuera de las comisiones, lejos del escrutinio público y la rendición de cuentas a los mexicanos. Así pasa en nuestro país, los legisladores toman decisiones sin responder o explicar a la ciudadanía las razones de éstas. Se limitan a mercadear votos para diferentes propuestas en el marco de las cuotas partidistas y de garantizar votos en otros puntos de particular interés para cada uno.

Deja un mal sabor de boca, incluso para los que tienen los méritos suficientes  y reconocidos para ser hoy Comisionados del IFAI, que el cumplimiento de los requisitos, las etapas superadas, la experiencia y el conocimiento en el tema no sean los criterios que se utilicen para realizar estos nombramientos. Pesa más la relación con los actores políticos que el aval de una sólida trayectoria profesional y un trabajo impecablemente realizado.

El periodo ordinario de sesiones concluyó el miércoles pasado. De acuerdo con lo que era previsible, los legisladores omitieron cumplir con sus obligaciones. El plazo constitucional para la emisión de las leyes secundarias que darían plena vigencia y pondría en marcha la reforma político electoral, fue incumplido. Quedan en el tintero, además, las leyes secundarias en materia energética y de telecomunicaciones. Mientras las negociaciones de las leyes secundarias sigan en manos de grupos pequeños de legisladores que creen que cuentan con la verdad absoluta en todos los temas, que negocian -incluso- sin el menor respeto al trabajo de sus pares, que se deje de lado a todas las fuerzas políticas y se haga a un lado la opinión de expertos y ciudadanos, el futuro de este país seguirá secuestrado por la ambición personal y por la visión interesada de aquellos que quieren imponer sus objetivos en las leyes y a sus amistades como funcionarios públicos en cuantas designaciones pasen por sus manos. Un recuento claro de las leyes, los nombres y los cargos darán fiel cuenta de estas prácticas.

El país pierde por dos razones: por personas profesional y éticamente valiosas que son segregadas de las funciones públicas, y por la aprobación de leyes mediocres que no cumplen con los objetivos para los que las reformas constitucionales fueron aprobadas.

 

@C_Humphrey_J