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Primer informe: señales preocupantes

La señal más preocupante del actuar del gobierno federal es el poco o nulo respeto a la ley. | Ivonne Ortega Pacheco

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Escrito en OPINIÓN el

El primer (tercer) informe del presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido una muestra más de su estilo personal, directo y de confrontación, con elogios a sus acciones y descalificaciones a sus críticos, que en voz de cualquier otro solo reflejaría egocentrismo, pero desde el liderato de su movimiento expone un ideario con matices preocupantes.

No se le puede restar méritos al combate frontal a la corrupción del pasado, pero ese mismo rasero no aplica a los altos funcionarios actuales, incluso Manuel Bartlett, señalado como poseedor de una fortuna sospechosa, recibió el único elogio del informe hacia un funcionario.

Se redujo el gasto del gobierno y empezó la entrega de apoyos en efectivo a grupos poblacionales, pero muchos de los ahorros han impactado negativamente en los servicios que el Estado debiera garantizar a la gente. El caso más condenable es el de los niños pacientes de cáncer que se quedaron por semanas sin medicamentos.

La repartición de dinero se realiza por vías no medibles (para qué medir, si es una premisa neoliberal, dirían los cuatroteístas) y a través de estructuras y prioridades relacionadas con Morena.

Pareciera que el actuar de gobierno está anclado a los grandes proyectos designados por el Mandatario, todo se supedita a ellos, pero ha descuidado la seguridad y la economía.

Regiones del país se vuelcan cada vez más en una espiral de violencia espantosa, sin que las autoridades federales actúen con claridad, a pesar de la nueva Guardia Nacional.

El sistema productivo nacional se resquebraja ante las nuevas directrices que cierran la llave del gasto público y dejan la totalidad de la inversión al sector privado, bajo reglas poco claras. El horizonte económico es, quizá, el menos tranquilizador de todos.

Del resto de materias del actuar público, pinceladas: la falta de apoyos al deporte (excepto el béisbol, hobby del presidente), el atraso en la distribución de libros de texto gratuitos, el bárbaro recorte a la nómina que “podó” oficinas al grado de hacerlas inoperables, son reflejo de un estilo que busca ahorrar más, a costa de todo.

Pero la señal más preocupante del actuar del gobierno federal es el poco o nulo respeto a la ley. Aunque en el discurso diga lo contrario, la protección a sus incondicionales, las reelecciones (disfrazadas y explícitas), las omisiones a capricho, las imposiciones, han mostrado a un presidente con poco tacto a pesar de conocer tan bien el territorio; una personalidad más parecida a un miembro de la mafia del poder que al liberal que dice ser.

Por el bien del país, esperemos que el presidente López Obrador asuma el carácter social y responsable ofrecido en su campaña. De lo contrario, seguiría el camino tomado por otros mandatarios que perdieron la sensibilidad, el contacto con el territorio y con la gente, y por lo tanto con la realidad.

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Muchas gracias a La Silla Rota por la oportunidad de retomar este espacio de expresión. Aquí nos saludaremos cada quince días.