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Prevengamos el cáncer de mama

En la incidencia del cáncer, hay factores determinantes. | Ivonne Ortega

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Escrito en OPINIÓN el

En México, el cáncer de mama es la primera causa de muerte entre las mujeres. Un estudio del Colegio de México reveló que en 20 años los fallecimientos debido a este mal se duplicaron, al pasar de 41 mil en 1990, a 89 mil en 2019.

Es, como cita el periódico El País, otra pandemia a la que nos enfrentamos, y que ataca a un grupo poblacional específico: las mujeres.

Tal incidencia preocupa con justificada razón, cuando estimaciones de la Organización Mundial de la Salud calculan que Ciudad de México, Monterey y Nuevo León, agrupan al 60% de especialistas de oncología, y, además, los presupuestos que el gobierno federal ha destinado a la salud y que no se relacionan con la pandemia de Covid19, han ido a la baja.

Hasta antes de la actual administración, el casi 50% de la población sin acceso a seguridad social del IMSS o ISSSTE podía generar una atención con el Seguro Popular. Pero sabemos lo que ocurrió: esta plataforma fue cancelada y en su lugar surgió el INSABI, que hasta ahora no ha podido llegar a los más necesitados en temas como la atención oncológica.

Por eso es tan importante la prevención.

Todo octubre es el mes rosa, y debemos movilizarnos para concientizar sobre la importancia de la prevención, la autoauscultación, los cuidados para cerrar el paso al cáncer de mama y que cada vez más mexicanas estén a salvo.

No es una enfermedad que privilegie aspectos sociales o económicos. Su atención y los cuidados preventivos han de ser parejos, y aunque este mes es de intensificar en cuanto a la concientización, debemos practicarlos todo el año.

Todas seguramente tenemos en cada familia casos de personas que lo han padecido o que enfrentan la dura batalla, y en algunos casos tenemos parientas o amigas que han fallecido por esta causa.

Es en su memoria que debemos contagiar fortaleza y voluntad a todas.

Y también en su memoria hay que sumarnos a las iniciativas de organismos de salud, como la campaña “Contra el cáncer yo actúo”. En este esfuerzo no caben distinciones ideológicas ni de ningún tipo.

Sobre todo, hagamos visible el tema. Que no nos gane el miedo a expresarnos porque el silencio da paso a la enfermedad.

Hablemos del cáncer de mama, compartamos inquietudes, despejemos dudas, acerquémonos a especialistas en salud y sobre todo no nos quedemos calladas. Actuemos. Esa puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.

En la incidencia del cáncer, no únicamente del cáncer de mama, hay factores determinantes. Algunos de ellos no dependen de nosotras, como el hereditario, pero otros sí, como el consumo prolongado de sustancias con contenido hormonal, y la falta de activación física o el consumo de alcohol.

Hay también acciones sencillas que nos ayudan a detectar problemas de forma temprana, como la autoexploración y la realización sistemática de mastografías. En nuestro país, la norma recomienda que las mujeres de entre 40 y 69 años nos realicemos mastografías cada dos años.

Así que, dediquemos más tiempo a la prevención, a llevar un estilo de vida saludable y a cuidar de nosotras, a informarnos y a expresarnos. Que la apatía no le gane a nadie y que todas podamos juntas, con el respaldo de nuestras familias y seres queridos, detectar a tiempo la enfermedad.

A las guerreras que cayeron en la lucha contra el cáncer de mama, el mejor de los homenajes es seguir en la lucha por la prevención y la difusión entre tantas mujeres como sea posible. Actuemos.