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PRD: ¿Simulación o engaño?

En el fondo Los Chuchos siguen teniendo el control del PRD.

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Escrito en OPINIÓN el

Empezó como una decisión acertada. Es decir, como un legítimo y valiente “mea culpa” del grupo hegemónico conocido como Los Chuchos.

 

Más aún, la renuncia voluntaria de su dirigente, Carlos Navarrete, fue una luz de esperanza para muchos que han reclamado desde hace décadas la autocrítica entre los políticos y el fortalecimiento de la cultura de la dimisión.

 

Carlos Navarrete se iba del PRD por vergüenza, por pudor, porque no cumplió aquello para lo que fue electo.

 

Muchos creyeron que era una refundación del PRD, sin embargo, todo indica que terminará en una simulación; sino es que en el engaño.

 

¿Por qué?

 

1. Porque sólo en un país de locos, en una democracia sin pies ni cabeza y en un sistema político engañabobos, la dirigencia de un partido sería capaz de tirar la toalla, renunciar a sus cargos, abandonar sus canonjías, olvidarse de la zona de confort y regresar al mundo de los mortales.

 

2. Porque es de sentido común que Los Chuchos no se iban a ir sin dar la batalla por el control del partido. Es decir, que si controlaron al PRD luego de una larga guerra de casi dos décadas, no se iban a ir como si nada. No iban a  abandonar todo, a dar la espalda y escapar de la política.

 

3. Por eso lo que se produjo fue un reacomodo de fuerzas, un nuevo acuerdo, un nuevo reparto de posiciones, el cual sería adornado con un interinato que intentará lavar la cara del partido.

 

4. Sin embargo, el maquillaje y el acuerdo no son suficientes. ¿Por qué? Porque en el fondo Los Chuchos siguen teniendo el control del PRD, siguen teniendo la hegemonía de los órganos de dirección y, sobre todo tendrán el control en la decisiva elección de 2018.

 

Por todo lo anterior, es posible concluir que la renovación del PRD, su congreso extraordinario y su nueva dirigencia no serán más que “una manita de gato” para salvar la emergencia y continuar como si nada.

 

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